**MADRID, 9 de noviembre.** En un reciente viaje a Sanxenxo, el rey Juan Carlos ha tenido la oportunidad de disfrutar de una de sus grandes pasiones: la navegación. Después de unos días llenos de actividades, ha decidido regresar a Abu Dabi, dejando atrás un país que ha unido tanto a su historia personal como a su legado. Esta visita se da en medio de una gran atención mediática tras la publicación de sus memorias, tituladas *Reconciliación*, coescritas con la autora Laurente Debray. Durante su estancia, el Emérito reafirmó su deseo de regresar de manera permanente a España en esta etapa de su vida.

El regreso del rey Juan Carlos a España no ha estado exento de complicaciones. En su llegada al aeropuerto de Vigo, se le vio abordando su avión privado con cierta dificultad, asistido por su equipo de seguridad y personas cercanas, que lo acompañan en cada desplazamiento. Su última estancia ha generado un clima de controversia y expectativa, especialmente debido a las reacciones que han suscitado sus memorias, que algunos creen no han sido bien recibidas en su círculo familiar.

A pesar de la controversia, el rey Juan Carlos se mostró enérgico y relajado en Sanxenxo, rodeado de amistades y seres queridos. Aunque tenía planes de participar en el evento *Desafío Barceló*, una de las competiciones de la Liga Nacional de la clase seis metros, finalmente no pudo competir debido a retrasos en el transporte de su embarcación desde los Estados Unidos, ocasionados por las adversas condiciones climáticas. Sin embargo, no todo fue negativo, ya que logró pasar tiempo con sus sobrinos, María Zurita y Alfonso, quienes viajaron a Galicia para brindarle su apoyo una vez más.