Crónica España.

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Joan Groizard asume como el nuevo Secretario de Estado de Energía.

Joan Groizard asume como el nuevo Secretario de Estado de Energía.

En un movimiento que reafirma la importancia de la transición energética en el contexto gubernamental actual, el Consejo de Ministros ha tomado la decisión de nombrar a Joan Groizard Payeras como nuevo secretario de Estado de Energía. Groizard, que hasta ahora ocupaba el cargo de director general del Instituto de Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), asumirá esta nueva responsabilidad tras la salida de Sara Aagesen, quien fue ascendida a vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

El nombramiento de Groizard refleja no solo su trayectoria profesional, sino también la dirección que el Gobierno desea imprimir en materia energética. Su labor al frente del IDAE ha estado marcada por su compromiso hacia el impulso de energías renovables y su enfoque dinámico hacia la transición ecológica, lo que le ha valido un reconocimiento en el sector. Groizard, nacido en Palma en 1989, es ingeniero en Energía y Medio Ambiente por la Universidad de Cambridge y ha dedicado su carrera profesional a estos temas cruciales.

En su tiempo al mando del IDAE, Groizard ha sido el arquitecto detrás de varios proyectos significativos, uno de ellos es el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento (PERTE EHRA). Este proyecto, respaldado por los Fondos Next Generation, ha sido instrumental en la movilización de más de 13.000 millones de euros destinados a crear líneas de ayuda para aumentar las capacidades energéticas del país. Esta dinámica no solo busca afrontar el desafío climático, sino que también activa el sector industrial en el ámbito de las energías limpias.

Groizard aportará a su nuevo cargo una sólida formación académica y profesional. Además de su Máster en Dirección de Responsabilidad Social Corporativa, su experiencia previa incluye importantes puestos en el Gobierno de las Islas Baleares, donde desarrolló la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Su liderazgo se ha visto reflejado en su capacidad para innovar y adaptar procesos que promueven la descarbonización, un objetivo que muchos consideran esencial en el marco europeo y nacional.

Desde su llegada al IDAE en 2018, Groizard se ha ocupado de fomentar la inversión en soluciones energéticas innovadoras, así como de diseñar una estrategia robusta para el desarrollo de energías renovables. Su implicación en la creación del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 señala su papel fundamental en la configuración de políticas que influirán en el futuro energético de España, algo que ha generado tanto expectación como preocupación entre diferentes sectores de la ciudadanía.

El nuevo director general del IDAE, Miguel Rodrigo, es ingeniero químico formado en la Universidad de Salamanca, quien, aunque se reconoce como un profesional del sector, ha ocupado funciones en el organismo desde diferentes perspectivas en su carrera. Volviendo a un rol protagónico después de un tiempo en la Comisión Europea, Rodrigo tendrá el desafío de continuar y expandir la línea de trabajo que su predecesor ha dejado marcada en el IDAE.

Rodrigo no solo ha acumulado experiencia dentro del IDAE desde 2008, sino que ha estado vinculado a otros niveles de administración pública, lo cual complementa su perfil como líder en el área de energía. Su trabajo en el desarrollo de nuevos modelos de negocio y su papel clave en la Estrategia de Inversiones 2024-2026 subraya la necesidad de adaptar el dinamismo del sector a las exigencias y tendencias actuales del mercado energético.

Esta transición en la dirección del IDAE es un indicativo claro de las prioridades del Gobierno en términos de energía. Si bien se celebra el impulso hacia una mayor sostenibilidad, también existen voces críticas que piden un análisis más profundo sobre cómo estas estrategias se implementarán y qué significado tendrá realmente para los ciudadanos, quienes en última instancia son los que pagarán el costo de estas políticas. El tiempo dirá si estas decisiones resultarán en un avance significativo hacia un futuro energético más verde o si simplemente serán otro intento fallido en el largo camino hacia la sostenibilidad.