En un desarrollo que resuena profundamente en la historia de tensiones en la región, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han emitido una severa orden este sábado, dirigida específicamente a los ciudadanos del Líbano. Esta directiva prohíbe a la población desplazarse o regresar a casi cincuenta aldeas y barrios en el sur del país "hasta nuevo aviso". Esta medida se produce a pesar del alto el fuego que fue confirmado el pasado martes por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, un elemento que añade un nivel de complejidad a la situación.

El portavoz de las FDI en árabe, Avichai Adrai, hizo la declaración a través de su cuenta en la red social X, instando a los residentes a abstenerse de moverse hacia el sur, mencionando específicamente las aldeas de Shebaa, Al Habbariyeh, Marjayoun, entre otras. La advertencia fue clara: quienes ignoren esta orden y crucen hacia el sur de la línea establecida se "exponen al peligro". Además, Adrai subrayó que se debe evitar el regreso a numerosos barrios, instaurando así una restricción amplia en el movimiento de los libaneses.

En su comunicado, el portavoz militar israelí señaló que el ejército no tiene planes de atacar y, por lo tanto, instó a la población libanesa a "regresar a casa desde esta línea hasta nuevo aviso". Esta afirmación puede verse como un intento de calmar las tensiones mientras, a su vez, se establece un estado de alerta en la región.

El alto el fuego, que comenzó a regir a las 4:00 horas (hora local) del miércoles, fue el resultado de una propuesta presentada por Washington que las partes finalmente aceptaron, según lo anunciado por Biden. Este alto el fuego, sin embargo, no parece haber llevado a una desescalada en las tensiones, dado el contexto histórico de enfrentamientos prolongados entre Israel y Hezbolá, un grupo militar chií que ha estado en conflicto con Israel desde hace años.

Desde que comenzaron los enfrentamientos con Hezbolá el 8 de octubre de 2023, las FDI han informado haber atacado más de 12,500 objetivos supuestos relacionados con el grupo, lo que resultó en la muerte de aproximadamente 2,500 miembros. Esto marca un aumento significativo en las hostilidades y refleja el clima de violencia que envuelve a la región en estos momentos.

La ofensiva israelí se desató el 1 de octubre, a raíz de los ataques del 7 de octubre que culminaron en la trágica pérdida de cerca de 1,200 vidas y la captura de 250 personas. Estos eventos han llevado al Ejército israelí a llevar a cabo una brava ofensiva en Gaza, que hasta ahora ha dejado un saldo devastador de más de 44,300 muertes y alrededor de 105,000 heridos, mientras que Líbano ha reportado casi 4,000 fallecimientos como resultado de los ataques israelíes. Este ciclo de violencia continúa alimentando la necesidad de un diálogo más efectivo y soluciones duraderas en una región marcada por conflictos prolongados.