Las fuerzas armadas israelíes han reforzado sus ataques contra objetivos vinculados al partido-milicia chií Hezbolá en territorio libanés, en una escalada de violencia que ha dejado un saldo de más de 550 muertos y 1.800 heridos, según reportes oficiales de Líbano.
En una nueva ofensiva aérea, los aviones de combate de Israel han atacado edificios militares, almacenes de armas y lanzaderas de precisión controladas por Hezbolá, provocando explosiones secundarias que denotan la existencia de un gran arsenal de municiones.
El portavoz del Ejército israelí en árabe, Avichai Adrai, ha alertado a los desplazados libaneses que evacuaron sus hogares por motivos de seguridad, instándoles a no regresar hasta recibir un nuevo aviso, en medio de continuas incursiones de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
La situación se desencadenó después de una serie de ataques lanzados por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y otras facciones palestinas contra Israel el 7 de octubre, que desembocaron en una letal campaña militar israelí en Gaza y enfrentamientos en la frontera con Líbano que ya llevan once meses.
Además, los enfrentamientos han llevado a una respuesta de Irán y sus aliados, como los hutíes y las milicias proiraníes de Irak, que han lanzado misiles y drones contra Israel, obligando a las fuerzas israelíes a ejecutar bombardeos en territorio de Líbano, Siria y Yemen en defensa propia.
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