En medio de la ofensiva desatada por Israel en respuesta a los ataques del 7 de octubre por parte de Hamás y otras facciones palestinas, al menos nueve personas han perdido la vida y veinte resultaron heridas en dos ataques en Gaza. Los bombardeos afectaron a una escuela y un orfanato que albergaban a personas desplazadas en la ciudad, causando una tragedia que vuelve a encender el conflicto en la región.
Según fuentes locales consultadas por la agencia WAFA, seis personas murieron en el Instituto Amal para Huérfanos y tres fallecieron en la escuela Muscat. Las Fuerzas de Defensa de Israel han afirmado que los objetivos de los ataques eran miembros de Hamás que utilizaban los edificios como centros de mando y control, violando el Derecho Internacional al poner en riesgo a civiles inocentes.
El Ejército israelí ha justificado sus acciones asegurando que se tomaron medidas para minimizar el daño a civiles, incluyendo el uso de armas de precisión y observaciones aéreas. Sin embargo, continúan los bombardeos selectivos contra supuestos objetivos terroristas en la Franja, como el campamento de refugiados de Nuseirat, donde también se registraron víctimas mortales y heridos.
En los últimos días, las FDI han intensificado los ataques contra escuelas, argumentando que son utilizadas como centros de mando por Hamás. El conflicto ha dejado un saldo devastador en ambas partes, con cientos de palestinos muertos y secuestrados, así como enfrentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este que han agudizado la crisis humanitaria en la región.
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