Las autoridades de Irak han hecho un anuncio significativo que apunta a la repatriación de alrededor de 2.000 militares sirios que decidieron cruzar la frontera en un intento por escapar de la ofensiva de yihadistas y rebeldes. Esta ofensiva, que se lanzó a finales de noviembre, resultó en la caída del régimen de Bashar al Assad, quien abandonó Siria el 8 de diciembre y se dirigió a Rusia, uno de sus aliados más cercanos.
De acuerdo con un informe de la Célula de Seguridad de Medios de Irak, vinculado al Ministerio de Defensa, un total de 1.905 militares sirios fueron devueltos de manera legal a una fuerza de protección en el cruce fronterizo de Al Qaim. La entrega de estos soldados se produjo en coordinación con varios actores del lado sirio, lo que marca un paso importante en la gestión de la crisis humanitaria provocada por el conflicto y la desesperación de los militares que buscaban refugio.
El comunicado emitido por las autoridades iraquíes subraya que los soldados regresaron "por petición propia" y después de haber recibido garantías por escrito de que serían amnistiados por las nuevas autoridades sirias. Esta decisión puede verse como un gesto positivo hacia la reintegración de estos militares en un contexto donde la amnistía podría significar un nuevo comienzo para muchos de ellos.
Las fuerzas de seguridad de Irak han instado al nuevo gobierno sirio a garantizar la seguridad de los soldados devueltos y a facilitar su reintegración en sus familias, enfatizando la necesidad de respetar los Derechos Humanos en este proceso. La misiva destaca la voluntad de Iraq de colaborar con Siria en el restablecimiento del orden y la estabilidad en la región.
Adicionalmente, el miércoles, 36 empleados sirios que laboraban en el cruce fronterizo de Abu Kamal también fueron repatriados a Siria a solicitud de ellos mismos, lo que refleja una pequeña pero significativa reconexión entre los dos países en momentos de cambio. Este movimiento, aunque aparentemente sencillo, puede tener implicaciones más profundas en las relaciones entre Irak y Siria en el futuro cercano.
En un contexto diferente, Bagdad ha confirmado que las armas que pertenecían a los soldados sirios que huyeron están bajo la custodia del Ministerio de Defensa iraquí y serán entregadas al nuevo gobierno sirio una vez que este sea establecido. Durante el ingreso de los militares sirios a territorio iraquí, las Fuerzas Armadas iraquíes implementaron procedimientos con sus departamentos de seguridad e inteligencia para llevar un registro detallado de los nombres y las armas de los soldados que pedían asilo.
A medida que la ofensiva de los yihadistas y rebeldes, encabezados por Hayat Tahrir al Sham (HTS), se intensificaba, numerosos militares cruzaron la frontera hacia Irak. Este avance permitió al grupo insurgente tomar la capital, Damasco, y finalizó con la caída de un régimen que había permanecido en el poder durante más de cuatro décadas, primero bajo Hafez al Assad y luego bajo su hijo Bashar. La retirada del presidente Assad se da en un contexto donde las fuerzas gubernamentales, respaldadas por Rusia e Irán, se han visto continuamente en retirada.
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