La compañía energética Iberdrola ha reportado un beneficio neto de 5.307 millones de euros durante los primeros nueve meses de este año, lo que significa una disminución del 3% en comparación con el mismo periodo de 2024. Esta caída se debe principalmente a la reducción de plusvalías en este ejercicio, aunque la empresa augura un cierre de año prometedor, con predicciones de ganancias y dividendos que marcarán récords.

Si se prescinde de las plusvalías generadas por la venta de activos térmicos en el primer trimestre de 2024 y de la venta de contadores inteligentes en el Reino Unido durante el tercer trimestre, el beneficio neto ajustado presenta un aumento notable del 16,6%, alcanzando los 5.116,1 millones de euros.

El resultado bruto de explotación (Ebitda) de la empresa entre enero y septiembre fue de 12.438,2 millones de euros, lo que representa un crecimiento del 4,4%. En particular, el área de Redes experimentó un notable incremento del 26% en su resultado operativo, gracias a un mejor rendimiento en naciones como el Reino Unido y Estados Unidos. Sin embargo, el sector de Producción Renovable y Clientes sufrió una caída del 11% si se excluyen las plusvalías, lo cual se atribuye a la menor contribución de México tras ciertas desinversiones y al aumento de costos en la Península Ibérica.

El Ebitda ajustado para los primeros nueve meses se estableció en 12.057 millones de euros, superior en un 4,4% al correspondiente de septiembre de 2024, influenciado por la robusta actuación del negocio de Redes.

Las cifras presentadas por Iberdrola reflejan un aumento en las inversiones, que alcanzaron un récord cercano a los 9.000 millones de euros entre enero y septiembre, lo que supone un 4% más que el año anterior. Más del 60% de esta inversión se destinó al Reino Unido y Estados Unidos, y un 55% se enfocó en el negocio estratégico de Redes. En el ámbito anual, las inversiones en Redes crecieron un 12%, totales alcanzando los 4.904 millones de euros, gracias a un aumento del 25% en distribución.

Por otro lado, las inversiones en energías renovables también han sido significativas, ascendiendo a 3.442,4 millones de euros, con más del 60% de dicha cantidad orientada a proyectos en Reino Unido y Estados Unidos. Las inversiones en el Reino Unido, impulsadas por el desarrollo de parques eólicos marinos, aumentaron notablemente en un 45%.

Con esta tendencia, Iberdrola ha elevado sus objetivos para el año 2025, donde se prevé un crecimiento de doble dígito en comparación con el beneficio neto ajustado del ejercicio anterior, asentando una expectativa de 6.600 millones de euros. Además, sin considerar los 389 millones de euros ya cobrados por costos anteriores en redes en Estados Unidos, se espera que el resultado neto supere los 6.200 millones de euros.

En cuanto a la retribución a los accionistas, Iberdrola ha anunciado un dividendo a cuenta de 0,25 euros por acción, lo que refleja un aumento del 8,2% respecto al año anterior. Este dividendo se complementará con otro que será sometido a aprobación en la próxima junta de accionistas, con abono programado para el tercer trimestre de 2026.

El presidente Ignacio Sánchez Galán subrayó la importancia de las inversiones en Reino Unido y Estados Unidos para aumentar tanto el resultado operativo como la generación de caja de las Redes. Esto ha permitido a la empresa no solo mejorar las previsiones de fin de año, sino también mantener un sólido compromiso con la retribución a sus accionistas, reflejando una mayor estabilidad financiera en el camino hacia el futuro.