En una escalada de violencia, el partido-milicia chií libanés Hezbolá ha llevado a cabo un ataque con una veintena de proyectiles contra posiciones militares de Israel y una fábrica de municiones en respuesta a los bombardeos realizados por el Ejército israelí, que resultaron en la trágica muerte de casi 500 personas.
Hezbolá ha confirmado que los ataques se realizaron con cohetes Fadi-1 y Fadi-2 contra la base de Amos, la fábrica de explosivos de Zichron, la base aérea Ramat David y el aeropuerto militar de Megido, considerados objetivos estratégicos por el grupo.
Las Fuerzas de Defensa de Israel detectaron al menos 20 lanzamientos desde territorio libanés, algunos interceptados y otros cayendo en áreas abiertas, según un comunicado publicado en redes sociales.
La coalición de milicias chiíes proiraníes Resistencia Islámica de Irak también ha anunciado el lanzamiento de un dron contra una posición israelí en los Altos del Golán, aumentando la tensión en la región y destacando la posibilidad de una expansión del conflicto.
Con Hezbolá respaldado por Irán y con influencia en Líbano, el conflicto con Israel ha despertado preocupaciones sobre la participación de otros grupos proiraníes como la Resistencia Islámica de Irak y los rebeldes hutíes de Yemen. Ante este panorama, el Ejército de Israel ha presentado sus "planes operativos" respecto a Líbano a Estados Unidos, en un intento por controlar la escalada de violencia en la región.
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