En una reciente declaración, el Movimiento de Resistencia Islámica, conocido como Hamás, ha expresado su fuerte oposición a la nueva ley implementada por el Ministerio de Defensa de Israel que prohíbe las visitas del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) a prisioneros palestinos. Este controvertido cambio, impulsado por el ministro Israel Katz, es considerado por Hamás como una grave infracción de los derechos humanos básicos de los detenidos en cárceles israelíes.

El comunicado oficial de Hamás, publicado en su sitio web, sostiene que la decisión de Katz tiene implicaciones directamente negativas para cientos de prisioneros palestinos, quienes, según el movimiento, están siendo objeto de un trato injusto en base a la categorización de "combatientes ilegales". La crítica subraya que esta medida forma parte de un patrón más amplio de abusos que sufren los palestinos en detención, que incluyen actos de violencia física, privación de alimento y atención médica insuficiente, así como la ocultación de información relevante sobre su situación.

Reiterando su preocupación, Hamás ha instado a la comunidad internacional, así como a las diversas organizaciones que defienden los Derechos Humanos, a que tomen acciones efectivas para contrarrestar lo que ellos describen como "medidas brutales" adoptadas por el gobierno israelí. El movimiento hace un llamado a la acción para que se respeten los acuerdos internacionales, haciendo énfasis en el Tercer Convenio de Ginebra, que establece pautas claras sobre el tratamiento de prisioneros de guerra. "Es imperativo que se trabaje seriamente hacia su liberación y que se expongan las prácticas abusivas en curso", reclama el comunicado.

Esta situación se deriva de la reciente resolución del gobierno israelí que limita la capacidad de los trabajadores del CICR para asistir a los palestinos encarcelados, sustentando la decisión en razones de seguridad nacional. Sin embargo, los detalles específicos sobre cómo se implementará esta restricción aún no han sido revelados, lo que ha generado aún más preocupación entre los defensores de los derechos humanos.