En un encuentro reciente, el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha sugerido que la reunión del Consejo de Gobierno en septiembre será más propicia para tomar decisiones respecto a la política monetaria que la realizada en julio. Esta oportunidad permitirá considerar no solo los datos de inflación y salarios, sino también las nuevas proyecciones macroeconómicas de la institución.

De acuerdo con Guindos, la decisión de mantener los tipos de interés sin cambios en la última reunión se basó en la alineación de los datos de inflación con las proyecciones del BCE, aunque se reconoció un deterioro en los indicadores de crecimiento debido a la incertidumbre política tras las recientes elecciones europeas y francesas.

El exministro español de Economía destaca la importancia de disponer de información actualizada para evaluar mejor la política monetaria. La atención se centrará en las nuevas proyecciones macroeconómicas, las lecturas de inflación y salarios de julio y agosto, y factores como el precio del petróleo y el tipo de cambio.

Guindos insiste en la necesidad de contar con mayor confianza en la estabilidad de precios a largo plazo, con una inflación alrededor del 2%. Se espera que la inflación se mantenga estable hacia el futuro, mientras los salarios se moderan, lo que impactará en la inflación de servicios.

Además de los aspectos económicos, el BCE observa señales de estabilización en las condiciones de financiación, lo que podría favorecer la demanda de crédito. Sin embargo, la incertidumbre política en Europa post-elecciones genera cautela y exige decisiones prudentes.

Guindos destaca la importancia de que los países cumplan con las reglas fiscales acordadas, presentando planes plurianuales y presupuestos para el futuro cercano. El respeto a estas normas es crucial para mantener la estabilidad económica en la eurozona, evitando posibles desviaciones que puedan perjudicar el desarrollo de la región.