Guía definitiva para cargar un coche eléctrico: desmitificando creencias y consejos de los expertos.
Las cifras de ventas de automóviles eléctricos e híbridos enchufables siguen en ascenso, alcanzando el 18,9% del total de turismos vendidos hasta octubre, con un impresionante total de 180.428 vehículos matriculados. Estos datos, proporcionados por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), muestran cómo los consumidores se inclinan cada vez más por alternativas de movilidad más sostenibles.
A medida que aumenta el interés por los automóviles electrificados, es crucial que los futuros propietarios tengan en cuenta algunas recomendaciones antes de realizar su compra. Además de desmentir ciertos mitos sobre la recarga, los fabricantes aconsejan ajustar la forma de conducción para maximizar la durabilidad de las baterías en estos vehículos innovadores.
CLAVES PARA UNA MEJOR GESTIÓN DE LA BATERÍA
Optar por recargas lentas (inferiores a 22 kW) siempre que sea posible. Este tipo de carga es la más beneficiosa para la batería, aunque puede requerir entre 6 y 12 horas, dependiendo de su capacidad. Este enfoque reduce el daño a largo plazo y favorece el rendimiento del vehículo.
Por lo tanto, si planea realizar viajes largos, es recomendable utilizar estaciones de carga rápida (a partir de 50 kW). Sin embargo, para el uso diario, un cargador doméstico o uno público que asegure una carga controlada es la mejor opción para preservar la calidad de la batería y evitar su sobrecalentamiento.
Evitar cargar el coche al máximo. La recomendación es mantener la carga entre el 20% y el 80% para asegurar una vida útil prolongada (muchos modelos permiten esta configuración automática). Aunque los fabricantes garantizan sus baterías hasta por 8 años o 160.000 kilómetros, estas pueden durar más de 15 años si se cuidan adecuadamente. Asimismo, se aconseja utilizar siempre accesorios y cargadores homologados.
No permitir que la batería se descargue completamente. Es fundamental que los conductores se esfuercen por mantener la carga por encima del 10%-20% y evitar una descarga total, ya que esto aumenta el estrés en las celdas. Además, se sugiere realizar al menos una carga cada dos semanas para evitar problemas de rendimiento.
Cuida la temperatura de la batería. Las condiciones climáticas pueden afectar significativamente el funcionamiento de las baterías. El frío puede ralentizar el proceso de carga, mientras que las altas temperaturas aceleran su degradación. También es recomendable no dejar el vehículo parado durante períodos prolongados para prevenir pérdidas de autonomía.
Adopta una conducción eficiente. Aprovechar la frenada regenerativa no solo mejora la experiencia de conducción, sino que también ayuda a aumentar la autonomía de la batería al recuperar parte de la energía. Además, un estilo de conducción más conservador contribuye a mantener un uso óptimo de la energía almacenada.
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