En una notable actualización proveniente de Chad, el Ministerio de Defensa ha comunicado recientemente que las fuerzas armadas francesas han efectivamente abandonado su base militar localizada en Faya, en el norte del país. Esta acción marca un hito significativo, pues se trata de la primera retirada tras la disolución del acuerdo de seguridad que había mantenido a ambas naciones interconectadas en términos de cooperación militar.

En un comunicado publicado en Facebook, el Ministerio de Defensa de Chad afirmó que la nación y Francia continúan colaborando de manera estrecha para que la salida de las fuerzas francesas sea rápida y respetuosa. Al mismo tiempo, subrayaron la importancia de mantener la soberanía de cada país, lo cual refleja un intento de gestionar la transición de manera diplomática y ordenada.

La ceremonia de entrega de la base se realizó en presencia de funcionarios locales, lo que enfatiza la relevancia del evento en el contexto nacional. Se destacó que el personal militar y el equipo asignado a esa base están programados para regresar a Francia en los próximos días, lo que incluye un significativo convoy formado por 54 vehículos que ha partido hacia Yamena, la capital del país.

Esta decisión estratégica por parte de Yamena, un aliado crucial de Francia en la región y anfitrión de la mayor instalación militar francesa en el continente africano, se materializó en un momento tenso. Esto ocurrió tras la ruptura de relaciones militares por parte de los gobiernos de Malí, Burkina Faso y Níger con París, quienes están estableciendo vínculos más estrechos con Rusia, como parte de un giro geopolítico en la zona.

Adicionalmente, estos tres países han declarado su salida de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) y han dado a conocer la formación de una Alianza de Estados de Sahel. Esta evolución en sus relaciones ha sido objeto de críticas por parte de Francia y sus aliados occidentales, quienes expresan escepticismo respecto al papel de Rusia y la expansión de los grupos terroristas de Al Qaeda y Estado Islámico en la región, levantando preocupaciones sobre la estabilidad futura de África Occidental.