En un momento de incertidumbre económica, la automotriz estadounidense Ford se enfrenta a un notable descenso en sus beneficios. Según los últimos informes, la empresa ha registrado un beneficio neto de 471 millones de dólares (aproximadamente 415,2 millones de euros) durante el primer trimestre de este año, lo que representa una caída del 64,6% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Los ingresos de Ford durante los primeros tres meses de 2025 alcanzaron los 40.659 millones de dólares (35.860,4 millones de euros), marcando una disminución del 5% con respecto a los 42.777 millones de dólares (37.724 millones de euros) contabilizados en el primer trimestre de 2024. Este descenso en los ingresos es motivo de preocupación para analistas y accionistas en un contexto de creciente competencia en el sector automotriz.
La compañía ha atribuido estos pobres resultados a una notable baja en las ventas al por mayor, la cual se debe a un cierre planificado de varias plantas en relación con el lanzamiento de nuevos modelos y ajustes en el inventario. Este hecho ha provocado una disminución del 7% en las ventas, con un total de 971.000 unidades comercializadas frente a las 1,04 millones vendidas en el mismo periodo del año anterior.
Adicionalmente, Ford reportó un beneficio operativo ajustado (Ebit) de 1.019 millones de dólares (898,3 millones de euros), que refleja una disminución del 63,1% en comparación con los 2.763 millones de dólares (2.435,9 millones de euros) logrados hace un año. Sin embargo, su presidente y CEO, Jim Farley, ha destacado esfuerzos para mejorar la calidad y eficiencia del negocio, lo que sugiere un potencial fortalecimiento a largo plazo.
La empresa tiene expectativas de un Ebit ajustado que oscilará entre los 7.000 y 8.500 millones de dólares (de 6.169 a 7.050,6 millones de euros). No obstante, excluyen de estas cifras el impacto de nuevos aranceles, lo cual genera un panorama incierto. Ford ha indicado que prevé un impacto negativo adicional de aproximadamente 1.500 millones de dólares (1.322 millones de euros) en el Ebit ajustado para el año 2025, derivado de riesgos de interrupción en la cadena de suministro por posibles aumentos en los aranceles en Estados Unidos.
La compañía ha manifestado que los riesgos significativos en la industria complican la tarea de actualizar las previsiones para el año completo, dada la diversidad de resultados posibles. Esto pone de relieve la necesidad de una respuesta estratégica sólida ante un entorno cada vez más desafiante para el sector automotriz.
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