MADRID, 31 de octubre. La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) ha hecho pública hoy una serie de recomendaciones que consideran "vitales y urgentes" para abordar diversos aspectos relativos a la infraestructura, costos y regulación del sector de las furgonetas en Europa, con el objetivo de asegurar una transición clara y competitiva hacia la sostenibilidad.
La organización ha echo hincapié en que, a pesar de las fuertes inversiones de los fabricantes y la diversidad en la oferta de modelos, la transición hacia vehículos comerciales ligeros eléctricos está siendo más lenta de lo deseado, lo que pone en riesgo el cumplimiento de las metas climáticas establecidas por la Unión Europea.
El documento elaborado por ACEA propone una serie de medidas clave destinadas a facilitar, de manera económica y eficiente, la reducción de emisiones de la flota de vehículos comerciales ligeros en territorio europeo.
Para lograr una transición efectiva, enfatizan la necesidad de establecer un marco normativo y político claro, advirtiendo que sin medidas inmediatas, la actual trayectoria podría llevar a no cumplir los objetivos climáticos de la UE, lo que afectaría adicionalmente la competitividad de las empresas del continente.
"Es esencial encontrar un enfoque que combine la electrificación de los vehículos, el uso de combustibles renovables y una flexibilidad normativa adecuada, todo ello para asegurar un cambio sostenible y rentable en el ámbito de los vehículos comerciales ligeros", han señalado desde la asociación.
A pesar de que las furgonetas eléctricas de batería (BEV) lograron una representación en el mercado del 9,5 % durante el primer semestre de 2025, esta cifra sigue siendo insuficiente, ya que se necesita alcanzar entre un 15% y un 20% para cumplir con el objetivo de reducción de CO2 establecido para 2025, y se encuentra aún más lejos del 50% que se requiere de aquí a 2030.
Entre los principales obstáculos que limitan esta transición se destacan la escasez de infraestructura de carga, el alto costo total de propiedad (CTP) y una normativa que presenta inconsistencias. La dificultad de acceder a carga nocturna, los elevados precios de la electricidad y la dependencia de un sistema de carga rápida que resulta costoso están afectando la rentabilidad de las operaciones. Además, el peso de las baterías a menudo sitúa a estos vehículos en categorías más restrictivas desde el punto de vista regulador, lo que les hace enfrentar requisitos similares a los de los camiones y desincentiva su adopción.
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