En un nuevo capítulo del escándalo de las emisiones conocido como 'dieselgate', el ex consejero delegado de Volkswagen, Martin Winterkorn, ha manifestado su desconfianza hacia el sistema judicial que lo juzga, al acusar al juez de ser parcial en el desarrollo del caso. Esta acusación se produce en medio de un proceso penal que busca determinar su responsabilidad en la manipulación de emisiones de vehículos diésel del grupo automovilístico alemán, un asunto que ha sacudido los cimientos de la industria automotriz.
Según una carta enviada al Tribunal Regional de Braunschweig y recogida por varios medios alemanes, los abogados de Winterkorn, quien fue el ejecutivo con el salario más elevado en Alemania durante su gestión, han declarado que ya no confían en la imparcialidad del juez asignado al caso. Por esta razón, han solicitado la recusación del magistrado, argumentando que sus decisiones no serían justas ni objetivas en el contexto de este escándalo.
El inicio de este proceso judicial ha sufrido importantes retrasos; inicialmente previsto para septiembre, ha sido pospuesto para febrero de 2025 debido a problemas de salud del propio Winterkorn. Se espera que el juicio se extienda durante varios meses, hasta el otoño del próximo año, lo que no hace más que incrementar la tensión en torno a un caso que ha acaparado la atención de la opinión pública y de los medios de comunicación.
Winterkorn enfrenta serias acusaciones que incluyen fraude comercial, manipulación del mercado y falsedad en sus declaraciones, todo ello basado en un extenso escrito de acusación que supera las 600 páginas. Este extenso documento detalla las transgresiones cometidas durante su tiempo al frente de la empresa y sugiere una falta de diligencia en la supervisión de las prácticas de la compañía.
El escándalo estalló en 2015, cuando las autoridades estadounidenses descubrieron que ciertos motores diésel de Volkswagen habían sido diseñados para distorsionar los resultados de las pruebas de emisiones, lo que llevó a la compañía a vender vehículos que no cumplían con las regulaciones ambientales que afirmaban respetar. Como consecuencia, Volkswagen ha tenido que desembolsar más de 30.000 millones de euros en multas y compensaciones, una cifra que pone de manifiesto la gravedad de la situación.
Aunque hasta ahora no se le considera el instigador del fraude, se le acusa de no haber tomado medidas para detener el uso de este software engañoso una vez que tuvo conocimiento de su existencia. Este hecho permitió que cerca de 9 millones de vehículos equipados con dicha tecnología se vendieran tanto en Europa como en Estados Unidos, resultando en un perjuicio que alcanza los 100 millones de euros para los consumidores.
Las acusaciones contra Winterkorn no terminan ahí. Se le reprocha que él y otros dos miembros del consejo de administración notificaron a los mercados sobre el engaño en las emisiones con demasiada tardanza. Además, en 2021, fiscales de Berlín presentaron cargos adicionales alegando que Winterkorn había proporcionado información falsa durante su testimonio en una investigación parlamentaria llevada a cabo en enero de 2017. Este cúmulo de acusaciones pone en una posición difícil al ex CEO, que se enfrenta a un futuro incierto en los tribunales.
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