MADRID, 14 Nov. - Un 18 por ciento de los establecimientos españoles permite el acceso de animales de compañía "de forma activa", según concluye un estudio elaborado por Trabber.com. Este dato surge después de la aprobación de la normativa de la nueva Ley de Bienestar Animal, que prohíbe dejar a los animales de compañía en la entrada de los locales. Esta situación ha llevado a los cuidadores a cuestionarse qué hacer con sus animales.
El informe también revela que en el ámbito laboral, una de las principales razones por las que las personas se niegan a tener animales es la cantidad de horas que permanecen en el trabajo.
Una encuesta de Live Career muestra que el 94% de las personas apoya la idea de permitir mascotas en la oficina y un 50% afirma que esta sería una decisión importante a la hora de aceptar un nuevo trabajo. El estudio indica que cada vez más compañías están implementando un modelo accesible para las mascotas, lo que indica una tendencia en crecimiento.
La project manager de Nubika, Laura Barreal, destaca que varios estudios demuestran que trabajar con perros o gatos reduce el estrés y la ansiedad laboral, y crea un ambiente de trabajo "acogedor" que fomenta la comunicación entre compañeros.
Por otro lado, el bienestar de las mascotas también se ve afectado por los viajes. Europa se considera el continente con mayor facilidad para viajar con mascotas, siendo Francia el país con mayor accesibilidad, ya que el 53% de sus hoteles aceptan mascotas. Alemania le sigue de cerca con una oferta del 49%, Italia con un 46,5% y Austria con un 44%.
Los expertos del centro de formación veterinaria Nubika recomiendan consultar las políticas del lugar que se va a visitar y verificar si se permite la entrada de mascotas, así como cumplir con las reglas y restricciones vigentes.
Además, se sugiere que el comportamiento del animal sea "tranquilo" para aumentar las posibilidades de ser bienvenido en lugares públicos, además de garantizar su comodidad y cubrir sus necesidades básicas.
Por último, el estudio también recomienda que el cuidador evalúe si el entorno es seguro para su animal e investigue la existencia de regulaciones locales o requisitos de salud en el destino que puedan afectar la presencia de animales, como vacunas o restricciones para prevenir enfermedades.