BRUSELAS, 27 de noviembre.
En un notable desempeño, España se ha posicionado como el principal receptor de estudiantes y profesores en el programa de movilidad Erasmus durante 2023, alcanzando casi 200.000 participantes. Este hecho subraya no solo la popularidad del país en el ámbito educativo, sino también su capacidad de atraer talento extranjero, superando a otras naciones de la Unión Europea. En contraste, España ocupa la tercera posición en cuanto a la cantidad de estudiantes enviados al extranjero, siendo superada solo por Francia y Alemania.
En este contexto, España lidera el ranking como el país que más beneficiarios de las becas Erasmus recibió, seguido por Italia, que logró atraer a cerca de 150.000 estudiantes. En términos de envío de estudiantes fuera de sus fronteras, España envió aproximadamente 125.000 jóvenes, quedando por delante de Italia pero detrás de los mencionados líderes, Francia y Alemania, que aportan más estudiantes al programa de los que reciben, reflejando así un intercambio educativo de considerable magnitud.
El éxito del programa no se limita a los números de participantes. Según el informe reciente de la Comisión Europea, en total, el programa de movilidad permitió a 1,3 millones de estudiantes universitarios, profesionales en formación, profesores y deportistas disfrutar de una experiencia en el extranjero durante 2023. Este dato revela la magnitud y el impacto positivo del programa en la educación y formación profesional en Europa.
Un aspecto digno de destacar es el incremento del 12,5 por ciento en los fondos destinados a Erasmus, que alcanzaron los 4.500 millones de euros. Esta inyección financiera permitió la puesta en marcha de 32.000 proyectos que impactaron a millones de estudiantes y profesores, así como a jóvenes en prácticas y entrenadores deportivos, subrayando la relevancia de este programa en el panorama educativo europeo.
El Erasmus también se ha caracterizado por su enfoque inclusivo, logrando en el último año la participación de 200.000 individuos de entornos desfavorecidos, incluyendo a jóvenes migrantes y personas con discapacidad, así como aquellos que residen en áreas remotas. Tal compromiso con la inclusión significa que el programa no solo se preocupa por la movilidad educativa, sino que también busca asegurar oportunidades para todos.
El nivel de satisfacción de los participantes es notablemente alto, según el informe. Un 97 por ciento de los encuestados manifiesta estar satisfecho o muy satisfecho con la experiencia, el 99 por ciento considera que les ha beneficiado y un impresionante 98 por ciento recomendaría el programa a otros jóvenes. Además, el 80 por ciento de los participantes reportó una mejora en su dominio de una lengua extranjera, mientras que el 82 por ciento cree haber desarrollado habilidades significativas a lo largo de su experiencia.
Finalmente, las becas Erasmus han evolucionado hasta convertirse en uno de los signos de identidad más notables de las políticas europeas desde su creación en 1987, momento en el que comenzó a atraer a 15,1 millones de europeos que han tenido la oportunidad de estudiar, trabajar o hacer voluntariado en el extranjero. Esto subraya no solo el éxito del programa, sino también su importancia continua en la promoción de una Europa más unida y colaborativa en el ámbito educativo.
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