El tifón Gaemi, que azotó a finales de julio a Filipinas, Taiwán y la provincia china de Hunan, dejando más de 100 muertos y miles de desplazados, fue intensificado en un 7% en sus rachas de viento y un 14% en la cantidad de lluvia debido al cambio climático, según revela un estudio realizado por World Weather Attribution.

El informe, elaborado por 23 científicos de diferentes países, destacó que las altas temperaturas de la superficie del mar que alimentaron al tifón fueron en gran medida resultado del cambio climático. Los expertos subrayaron la importancia de mejorar los sistemas de alerta temprana y la gestión de inundaciones urbanas, ya que los tifones se vuelven más poderosos con el calentamiento global.

Utilizando metodologías de atribución, los investigadores determinaron que el calentamiento global incrementó la intensidad de las rachas de viento en 14 km/h, resultando en un aumento del 14% en la precipitación en Taiwán y un 9% en China. Sin embargo, no se pudo determinar con certeza la influencia del cambio climático en la lluvia en Filipinas debido a las complejas condiciones meteorológicas de la región.

Además, se destacó que desde 1900 ha habido un aumento del 30% en la cantidad de tifones intensos en el noroeste del océano Pacífico, lo que coincide con estudios anteriores que han señalado un incremento en la intensidad de estos fenómenos. En un escenario sin cambio climático, las condiciones para un tifón como Gaemi en el Mar de Filipinas hubiesen sido prácticamente imposibles.

Los investigadores hicieron hincapié en las deficiencias en la preparación para enfrentar tifones por parte de los países afectados, recordando que la mayoría de las víctimas perdieron la vida a causa de inundaciones y deslizamientos de tierra. Mejorar la gestión de inundaciones urbanas y las alertas específicas podría salvar vidas en futuros eventos climáticos extremos, sobre todo en áreas urbanas densamente pobladas y en rápido crecimiento.