En un acontecimiento cultural de gran relevancia, el Teatro Real en Madrid se apresta a presentar el próximo 14 de diciembre una nueva puesta en escena de la célebre ópera 'Maria Stuarda', compuesta por Gaetano Donizetti. Esta obra, que ha perdurado en el tiempo, relata el ficticio enfrentamiento entre dos reinas, María I de Escocia y Elisabetta, quienes se convierten en víctimas de las complejas intrigas políticas y religiosas de su época.

David McVicar, el director escénico de esta producción, expone su enfoque al respecto: "Quería inyectar algo de Historia en la historia, en el relato tan romantizado de Donizetti. No veo a Elisabetta como una bruja malvada, ni a María como una inocente. Ambas son personajes que poseen sus propias razones y circunstancias. Tanto en lo personal como en lo político, el drama radica en la interconexión de sus personajes, mujeres poderosas en una sociedad dominada por hombres", declaró durante la presentación de la producción este viernes 29 de noviembre.

McVicar también aprovechó la oportunidad para señalar que gran parte de la "retórica" presente en la ópera, que trata sobre la instrumentalización del cuerpo femenino como herramienta política por parte de los hombres, encuentra ecos en la actualidad estadounidense, especialmente tras la victoria de Donald Trump.

"Si examinamos el personaje de Elisabetta, la posesión de su cuerpo se traduce para los hombres en un beneficio político, lo que resulta aterrador, particularmente considerando la retórica que emergió después de las elecciones en Estados Unidos", agregó el director, enfatizando la relevancia de los temas tratados en la ópera para el contexto contemporáneo.

El montaje se llevará a cabo en diez representaciones en el Teatro Real y luego emprenderá una gira que incluirá ciudades como París, Bérgamo, Bruselas y Finlandia. Según McVicar, la producción pone de manifiesto "la polarización y división política" que caracterizaba las dinámicas entre católicos y protestantes en el siglo XVI, un conflicto cuyas repercusiones todavía son entendidas por el público europeo más cabalmente que por el norteamericano.

El director artístico del Teatro Real, Joan Matabosch, también hizo hincapié en la importancia de esta producción, señalando que "es fundamental que esta trama, que refleja la esencia misma de la historia europea, se presente en un formato europeo". Esto, según Matabosch, resalta la conexión entre la obra y las experiencias históricas que han modelado el continente.

Con una visión reflexiva, McVicar lamentó que su trabajo en 'Maria Stuarda' le recordó que, a pesar de los más de 200 años que han transcurrido desde la creación de esta obra, Europa aún no ha avanzado significativamente en términos de polarización política.

"Los ensayos de esta producción han sido especialmente emotivos y significativos, pues me he encontrado con cantantes involucrados en historias que se repiten a lo largo del tiempo. Me ha llevado a reflexionar sobre el hecho de que, a pesar de los dos siglos transcurridos, no hemos logrado progresar como sociedad. Espero que esta reflexión sea un aporte al público“, concluyó el director.

La obra de Donizetti, que se basa en el drama histórico de Friedrich von Schiller, toma partido en la compleja relación entre las dos reinas, a menudo distorsionando la verdadera historia de la reina católica escocesa. Para interpretar a los personajes, se alternarán en el escenario destacados artistas: las sopranos Lisette Oropesa y Yolanda Auyanet darán vida a Maria Stuarda; las mezzosopranos Aigul Akhmetshina y Silvia Tro Santafé encarnarán a Elisabetta; y los tenores Ismael Jordi y Airam Hernández interpretarán al conde de Leicester, Roberto.

El elenco también incluye a los bajos Roberto Tagliavini y Krzysztof Baczyk en el papel de Giorgio Talbot; los barítonos Andrzej Filonczyk y Simon Mechlinski como Lord Guglielmo Cecil; y a Elissa Pfaender y Mercedes Gancedo como Anna Kennedy.

La escenografía ha sido diseñada por Postlethwaite, quien se inspiró en el dibujo de la ejecución de María I de Escocia realizado por Robert Beale, diplomático de Isabel I. Este esbozo ha servido de base para la creación de un decorado conceptual que representa "el trágico" viaje de la protagonista hacia su destino, transformando así la ópera en una experiencia visualmente impactante.