En un evento que promete ser significativo para la comunidad iberoamericana, la Cumbre Iberoamericana que se llevará a cabo en Cuenca, Ecuador, contará con la presencia exclusiva del Rey Felipe VI de España y el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa. Ambos dignatarios se unirán al presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, en un encuentro que se perfila como crucial para las relaciones en la región.
El panorama de la cumbre se ha visto afectado por la inesperada cancelación del presidente de Paraguay, Santiago Peña, quien había confirmado su participación anteriormente. Peña ha argumentado que la creciente inestabilidad en Ecuador ha motivado su decisión, lo que pone de relieve las preocupaciones que motivan a los líderes a reconsiderar sus viajes a eventos internacionales.
Además, se suma a esta lista el presidente de la República Dominicana, Luis Abinader. A pesar de que era uno de los líderes que asistirían, su ausencia crea un vacío significativo, especialmente considerando que su nación fue la sede de la última cumbre. La falta de representación de otros países miembros de la Comunidad Iberoamericana resalta aún más la relevancia de la cita liderada por los monarcas presentes.
Así las cosas, Cuenca se quedará sin la presencia de los mandatarios de los 19 países americanos, así como de España, Portugal y Andorra, haciendo que solo los líderes antes mencionados estén presentes. Acompañarán a Felipe VI y Rebelo de Sousa el jefe de Gobierno de Andorra, Xavier Espot, lo que convierte a la cumbre en un evento notablemente limitado en términos de liderazgo regional.
La asistencia del Rey Felipe VI es considerada esencial, dado que España asumirá la responsabilidad de organizar la siguiente Cumbre Iberoamericana en 2026, aunque la ciudad sede aún está por definir. Este cambio en la dinámica de participación de líderes mundiales suscitó preguntas sobre las relaciones diplomáticas y el compromiso hacia la integración iberoamericana.
No obstante, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha decidido no asistir a la cumbre. En lugar de ello, optó por permanecer en España ante la emergencia provocada por la DANA, delegando la representación al ministro de Exteriores, José Manuel Albares, quien viajará junto al Rey. Este hecho pone de manifiesto las prioridades de los líderes en tiempos de crisis.
El clima de tensión se ha acentuado entre varios países, cuyos presidentes han decidido justificar su ausencia por diversos motivos, aunque el descontento con Noboa parece ser un factor subyacente. Este malestar se debe en parte al asalto a la Embajada de México el pasado abril, un incidente que ha reverberado en la decisión de muchos líderes de no desplazarse a Cuenca.
Casos como los de México, Venezuela y Nicaragua son emblemáticos, ya que ninguno de estos países enviará siquiera un representante a la cumbre. Este hecho es poco común, puesto que aunque un jefe de Estado no asista, generalmente se debe delegar en algún alto funcionario. Las relaciones diplomáticas entre estas naciones y Ecuador han quedado claramente tensionadas.
Los presidentes de Perú y Chile, Dina Boluarte y Gabriel Boric respectivamente, han optado por participar en la reunión de la APEC que se lleva a cabo simultáneamente en Lima, donde también se espera la asistencia de figuras como el presidente estadounidense, Joe Biden, y el líder chino, Xi Jinping.
Por su parte, el presidente argentino, Javier Milei, que había mostrado intenciones de acudir a Cuenca, finalmente ha decidido reunirse con el futuro presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Mientras tanto, el presidente brasileño, Luis Inácio Lula da Silva, ha declinado participar debido a que su país será anfitrión de la cumbre del G20 en Río de Janeiro.
En cuanto al mandatario colombiano, Gustavo Petro, su ausencia se debe a las recientes inundaciones que han afectado a su país, a pesar de que inicialmente había manifestado interés en acudir a la COP29 en Azerbaiyán. La situación en Colombia presenta un desafío adicional que justifica su no asistencia.
Finalmente, los presidentes de Cuba y Bolivia, Miguel Díaz-Canel y Luis Arce, respectivamente, han optado por no participar dada la complicada situación interna que atraviesan sus respectivos países. Esto refleja el contexto político en el que se desarrolla la cumbre y las dificultades que enfrentan algunos líderes para comprometerse a nivel internacional.
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