El partido socialista se presenta ante su 41 Congreso Federal con la clara intención de mantener la cohesión dentro de su estructura y reforzar su apoyo a Pedro Sánchez, secretario general y presidente del Gobierno, en un contexto judicial que consideran hostil. Mientras se intensifican las críticas hacia el Partido Popular liderado por Alberto Núñez Feijóo, el PSOE busca exhibir una imagen de unidad y lealtad ante lo que perciben como una ofensiva en su contra.

Los socialistas han expresado abiertamente su preocupación por las decisiones judiciales recientes que han impactado a la familia de Sánchez, específicamente a su esposa, Begoña Gómez, y a su hermano, David Sánchez. Para ellos, la coincidencia de estos acontecimientos justo antes del congreso es demasiada sospechosa, generando un clima de incertidumbre y recelo dentro del partido.

En el acto inaugural del congreso, que tuvo lugar en Sevilla, la vicesecretaria general, María Jesús Montero, junto con líderes regionales como Juan Espadas, tomó la palabra para establecer un tono beligerante contra Feijóo y reafirmar su respaldo incondicional a Sánchez. Durante su intervención, Montero no dudó en calificar el mensaje del líder de la oposición como un intento "golpista" y enfatizó que el actual secretario general fue elegido democráticamente por los militantes del PSOE.

La defensora de Sánchez extendió su apoyo señalando que el presidente goza del aprecio y el respaldo de la militancia en toda España. Además, realizó una acusación grave al asegurar que está siendo objeto de un ataque premeditado por parte de fuerzas de derecha y ultraderecha que están utilizando la justicia para generar desconfianza, basándose en lo que ella considera "bulos" y "desinformación" que carecen de fundamento probatorio.

A la voz de Montero se unieron otros destacados miembros del partido, como el expresidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, quien aseguró que las fuerzas de la oposición están decididas a derribar a Sánchez a cualquier costo. Isabel Rodríguez, ministra de Vivienda, también se alzó en defensa del mandatario, criticando abiertamente a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por obstruir la implementación de las políticas de vivienda del actual Gobierno.

Desde el seno del PSOE, se comentan ciertos incidentes judiciales que parecen estar diseñados para coincidir con el congreso, como las acusaciones del comisionista Víctor de Aldama contra altos dirigentes del partido. Su declaración ante el juzgado justo antes del congreso ha sido vista como una maniobra estratégica que le permitió salir en libertad mientras se plantean serias dudas sobre la naturaleza de esas acusaciones.

Asimismo, el partido ha manifestado su descontento por la rapidez con la que el Tribunal Supremo ha convocado al exlíder del PSOE en Madrid, Juan Lobato, a declarar luego de que este hiciera públicas unas conversaciones comprometedoras. Todo esto, junto con la decisión de la juez de Badajoz de llamar a David Sánchez a declarar, suma aún más presión a la atmósfera ya tensa alrededor de la figura de Sánchez.

A pesar de esta serie de eventos judiciales que golpean directamente su círculo cercano, el PSOE intenta proyectar una imagen de serenidad. Montero sostuvo que el partido debe permanecer tranquilo frente a la adversidad; sin embargo, en conversaciones más privadas, hay reconocimientos de que estas situaciones pueden resentirse en la opinión pública, generando un desgaste que podría impactar en sus estrategias políticas.

Como una nota positiva en medio de esta tormenta, los socialistas han notado un apoyo persistente por parte de sus socios parlamentarios, quienes no parecen dejarse influenciar por los ataques en su contra, sintiéndose igualmente atacados. Este respaldo es visto como un baluarte en la lucha que el partido ha emprendido.

En conclusión, el PSOE está decidido a no solo sobrevivir a este contexto desafiante, sino a reafirmar su apoyo a Sánchez, quien será confirmado nuevamente como secretario general en un evento marcado por la unidad. Aunque los cambios en la dirección pueden ser limitados, hay una percepción compartida entre los líderes socialistas de que, con el partido unificado en torno a su figura, se pueden enfrentar los retos y "ataques" que provienen tanto de la oposición como del ámbito judicial.