Crónica España.

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El partido Chega se consagra como la segunda fuerza política en Portugal tras el conteo de votos en el extranjero.

El partido Chega se consagra como la segunda fuerza política en Portugal tras el conteo de votos en el extranjero.

En un giro sorprendente en las recientes elecciones, el Partido Socialista (PS) ha caído al tercer lugar y, por primera vez en la historia, no ha logrado obtener escaños para sus representantes en el extranjero.

En un resultado que ha sacudido el panorama político portugués, el partido de extrema derecha Chega ha ascendido a ser la segunda fuerza más potente en la Asamblea. Esta transformación se ha consolidado después del conteo de alrededor de 350.000 votos emitidos desde el extranjero, permitiéndole al partido pasar por encima del PS y erigirse como líder de la oposición.

Los escaños otorgados por los votantes portugueses en el exterior se han dividido equitativamente entre la Alianza Democrática (AD) y Chega, dejando al Partido Socialista sin representación exterior por primera vez. Con esta situación, la AD suma 91 asambleístas y Chega alcanza los 60, mientras que los socialistas se quedan relegados a 58 asientos.

Los resultados en el extranjero han revelado que Chega es el partido que más apoyo ha recibido en Francia, donde ha cosechado cerca del 29% de los votos, superando al PS que se quedó en un 14% y a la AD con un 13%. En Suiza, la situación fue aún más favorable para Chega, que logró más del 45% del respaldo de los votantes de la comunidad portuguesa.

Manuel Magno Alves, uno de los nuevos diputados de Chega, enfatizó en declaraciones a la agencia Lusa que este resultado representa un “claro mensaje” de los portugueses: “Ya no desean el socialismo, buscan un Portugal para los portugueses”.

Las elecciones anticipadas del 18 de mayo han marcado un punto de inflexión crucial, ya que tanto el PS como Chega competían por el liderazgo de la oposición, antes de que el PS sufriera un notable descenso en comparación con los comicios de 2024. Esta situación resultó en la dimisión inmediata de Pedro Nuno Santos como secretario general del partido socialista.