El miércoles pasado, el Papa Francisco llevó a cabo una importante reunión con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, en el Palacio Apostólico del Vaticano. Esta cita ocurrió después de que Blinken asistiera a una reunión de ministros de Asuntos Exteriores del G7 en Fiuggi, una localidad cercana a Roma, lo que subraya la relevancia de la diplomacia internacional en el contexto actual.
Durante su encuentro, Blinken presentó al Santo Padre una obra de arte creada por un artista estadounidense que reside en Italia, un gesto que simboliza el intercambio cultural y la buena voluntad entre ambas entidades. En reciprocidad, el Papa Francisco obsequió a Blinken algunos de sus documentos más significativos, lo que indica un nivel de confianza y respeto por parte de la autoridad religiosa hacia el representante del gobierno estadounidense.
La Oficina de Prensa de la Santa Sede confirmó la audiencia como parte del programa diario del Papa, aunque, como es habitual en estos contextos, no se emitió un comunicado oficial sobre los temas discutidos. Esto es característico de las reuniones del Vaticano que no implican a Jefes de Estado o de Gobierno, sugiriendo un enfoque más reservado en las conversaciones diplomáticas.
Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., reveló que Blinken y el cardenal Pietro Parolin, junto con el arzobispo Paul Richard Gallagher, discutieron el reciente alto el fuego entre Israel y Líbano, destacando la posibilidad de disminuir las tensiones y resolver conflictos en esa región del mundo. Este enfoque en la paz refleja un objetivo común entre ambas partes en un contexto internacional agitado.
Además, se ventiló el serio compromiso compartido para abordar los estragos que la agresión rusa ha causado en la población civil ucraniana, mostrando una solidaridad inquebrantable hacia quienes sufren las consecuencias de la guerra. Esta discusión enfatiza la importancia de la colaboración internacional en momentos de crisis humanitaria.
En otro punto de la reunión, se emitió un rechazo unánime a la represión política en Nicaragua y Venezuela, poniendo de manifiesto la preocupación del gobierno estadounidense y del Vaticano por la defensa de los derechos humanos. El comunicado menciona que Blinken aplaudió la dedicación del Papa a la promoción de los derechos fundamentales y la dignidad de las personas LGBTQI, resaltando la alineación de los valores promovidos por ambos actores en el escenario global.
Finalmente, la reunión reafirmó la sólida cooperación entre Estados Unidos y la Santa Sede en el tratamiento de asuntos urgentes, mostrando el deseo conjunto de promover la dignidad humana y defender los principios universales en un mundo cada vez más complejo.
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