En un acto que subraya su compromiso por la paz y el respeto del derecho humanitario, el Papa Francisco ha instado a la comunidad internacional a actuar con "firmeza" ante los conflictos que aquejan a diversas naciones. Durante su mensaje del primer domingo de 2025, el Pontífice hizo un llamado apasionado por oraciones dedicadas a países que actualmente enfrentan tensiones y violencia, incluyendo Ucrania, Palestina, Israel, Líbano, Siria, Myanmar y Sudán.

El líder de la Iglesia Católica expresó su profunda tristeza al contemplar la destrucción que trae la guerra, destacando cómo hospitales y escuelas son arrasados en medio del conflicto. "No olvidemos que la guerra es siempre una derrota", afirmó el Papa al concluir el rezo del Ángelus, sentando un firme precedente sobre el impacto devastador que la guerra tiene en la humanidad.

El llamado del Papa Francisco a los fieles fue claro: deben recordar que la guerra es una trágica derrota y no deben cesar en sus oraciones por la paz en esos territorios que sufren por la violencia y las severas tensiones. Su mensaje resonó como un eco de la necesidad de la comunidad religiosa de unirse en la búsqueda de una paz duradera en medio de circunstancias tan complejas.

El Pontífice también resaltó la urgente necesidad de "luz, esperanza y paz" en el mundo actual. A pesar de la lluvia que caracterizaba el día, destacó la valentía de los peregrinos presentes, quienes se hicieron notar por su determinación de enfrentar las inclemencias del tiempo para compartir un momento de oración. Francisco los instó a mirar hacia Dios, quien, aún en los momentos más desafiantes y contradictorios, nunca deja de actuar, llegando a todos sin excepción.

"Abriendo incluso en las noches más oscuras de la humanidad ventanas de luz que las tinieblas no pueden cubrir", enfatizó, reflejando su deseo de que la fe brille incluso en los tiempos más oscuros.

En el contexto del Jubileo, el Papa Francisó hizo un llamado a "imitar al Dios del amor" en todas las dimensiones de la vida, ya sean estas familiares, sociales o internacionales. Subrayó la importancia de tomar decisiones que defiendan la vida en todos los ámbitos.

Finalmente, Francisco recomendó a los fieles encomendarse a María, para que cada uno pueda convertirse en un faro de luz que irradie el amor divino y dé el primer paso hacia la paz verdadera. Su mensaje, cargado de esperanza, invita a los creyentes a participar activamente en la construcción de un mundo más justo y pacífico.