El Papa condena los abusos de derechos humanos de los colonos españoles pero respalda a Isabel la Católica.

El Papa ha condenado la esclavitud practicada por los colonos españoles como una violación masiva de los derechos humanos, mientras elogia a Isabel la Católica por su defensa de los derechos humanos de los amerindios.

En una carta presentada durante la presentación del libro 'Pasado, Presente y Futuro de la Justicia Transicional: La experiencia latinoamericana en la construcción de la paz mundial' en Tenerife, el Papa Francisco destacó el papel de Isabel la Católica en la creación de las primeras leyes para proteger a los amerindios, sembrando las bases de los derechos humanos modernos.

El Pontífice recibió una petición para impulsar la beatificación de Isabel la Católica por parte del arzobispo de Valladolid y la Comisión Isabel la Católica, mostrando así el impacto de la reina española en la historia.

En su carta a la Conferencia de Ministros de Justicia de países iberoamericanos y de lengua portuguesa, el Papa condenó los abusos cometidos por los colonos españoles en las Indias occidentales, señalando la esclavitud como una violación de los derechos humanos.

Francisco enfatizó la importancia de aprender del pasado para abordar los desafíos actuales y elogió la reacción de la corona española ante la esclavitud en el Nuevo Mundo.

El Papa destacó las instrucciones de Isabel la Católica y Fernando II de Aragón a Colón en 1493 para prohibir la esclavitud y tratar justamente a los indígenas, considerándolas como los cimientos de los derechos humanos modernos.

Francisco elogió la fe de la reina Isabel, quien actuó como una autoridad política y una conciencia moral en defensa de la dignidad humana, adoptando medidas valientes y reparadoras para abordar la situación de los esclavos.

Según el Papa, Isabel la Católica dio un paso de gigante en las relaciones entre poblaciones indígenas y europeas, ofreciendo todo lo posible a los nuevos pueblos que conoció desde su posición noble y valiente.

El Papa advirtió que las leyes pueden quedarse en papel mojado si no se aplican con seriedad, sentido común y paciencia para garantizar que el verdadero espíritu detrás de ellas llegue a aquellos a quienes van dirigidas.