ROMA, 2 de octubre - En el primer día de la segunda sesión del Sínodo de la Sinodalidad, el Papa Francisco ha alertado sobre la amenaza de "romper la comunión" al enfrentar la jerarquía de la Iglesia con los grupos de laicos. Un total de 523 personas participan en este evento, de las cuales solo 368 tienen derecho a voto, incluyendo a 53 mujeres.
El Papa ha hecho hincapié en la importancia de no enfrentar jerarquía con laicos, sino en trabajar juntos en armonía para servir a la misericordia de Dios. Francisco ha destacado la necesidad de reconocer y promover los diferentes ministerios y carismas, en lugar de querer reemplazar unos por otros.
Después de la Misa de la mañana, el Papa inauguró la primera congregación general y destacó la presencia de miembros que no son obispos, lo cual refleja la comprensión expresada por el Concilio Ecuménico Vaticano II sobre el ministerio episcopal.
En las mesas redondas que se llevaron a cabo por la tarde en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Papa explicó la importancia de reconocer que los obispos son el "principio y fundamento visible de unidad de la Iglesia particular", pero que también deben estar en comunión con el Pueblo de Dios.
El Papa advirtió sobre los peligros de la abstracción y la falta de humildad, instando a los participantes a ser conscientes de la necesidad de renovación en la Iglesia. Francisco también llamó a identificar formas colegiadas y sinodales de ejercer el ministerio episcopal en diversos ámbitos de la Iglesia.
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