Las lluvias torrenciales que cayeron sobre amplias zonas del Mediterráneo a principios de septiembre son mucho más probables a consecuencia del cambio climático y el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, según un estudio realizado por un equipo internacional de 13 climatólogos del grupo World Weather Attribution (WWA).
El análisis, titulado "Interplay of climate change-exacerbated rainfall, exposure and vulnerability led to widespread impacts in the Mediterranean region", concluye que la destrucción causada por las fuertes lluvias fue mucho mayor debido a factores como la construcción en zonas propensas a las inundaciones, la deforestación y las consecuencias del conflicto en Libia.
Según el estudio, el calentamiento antropogénico multiplicó por diez la dureza de las lluvias tropicales en Grecia, Bulgaria y Turquía y hasta 50 veces más en Libia. Además del cambio climático, existen otros factores humanos como la construcción en zonas inundables, el mantenimiento insuficiente de infraestructuras, la deforestación y otros factores locales, como las consecuencias del conflicto en Libia, que convierten la meteorología en desastres humanitarios.
El impacto de las lluvias torrenciales fue especialmente grave en Libia, donde han colapsado dos embalses y el número de víctimas mortales ya supera los 4.000 fallecidos y los 10.000 desaparecidos.
El estudio analizó los datos climáticos y realizó simulaciones para comparar el clima actual con el del pasado, concluyendo que el cambio climático aumentó las posibilidades de lluvias torrenciales en un 50% en Libia y en un 40% en Grecia, Bulgaria y Turquía.
Además, los científicos advierten que este tipo de eventos extremos serán cada vez más comunes a medida que las temperaturas continúen aumentando.
El informe destaca que los impactos observados en la región fueron causados por una combinación de alta vulnerabilidad de la población y exposición a estos eventos. La construcción en zonas propensas a inundaciones y los problemas en el diseño y mantenimiento de infraestructuras también contribuyeron a la destrucción.
Ante esta situación, los científicos solicitan reorganizar los sistemas de alerta temprana y diseñar infraestructuras más resilientes para hacer frente a los fenómenos meteorológicos extremos.
En resumen, este estudio demuestra el impacto del cambio climático en las lluvias torrenciales en la región del Mediterráneo, advirtiendo sobre la necesidad de tomar medidas para reducir la vulnerabilidad de las poblaciones y aumentar la resiliencia ante estos eventos cada vez más frecuentes y destructivos.