Los últimos informes desde Siria apuntan a que el grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS) y sus facciones aliadas han tomado un control considerable sobre Alepo, una de las ciudades más emblemáticas del país y capital de su provincia homónima. Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, esta ofensiva se ha desarrollado sin una resistencia efectiva por parte de las fuerzas gubernamentales sirias, lo que ha permitido a los rebeldes expandir su dominio en la región.

Entre los logros más significativos de estas fuerzas rebeldes se destaca la captura de la Gran Mezquita de Alepo, un símbolo religioso y cultural de la ciudad. Además, los milicianos han conseguido hacerse con el control de la histórica ciudadela de Alepo, así como acceder a la plaza Saadalá al Yabri, el corazón del bullicio urbano y centro neurálgico de la vida social en la ciudad, según lo reportado por Al Yazira.

Este último ataque resulta ser una respuesta a la intensificación de los bombardeos provenientes de las fuerzas sirias y rusas que han estado dirigidos contra áreas bajo control rebelde en el sur de Idlib. La escalada de la violencia se ve acompañada de un aumento en el despliegue de tropas gubernamentales por parte de Damasco en las cercanías de las líneas del frente, lo que sugiere que se están preparando para una ofensiva terrestre inminente en el área. Este contexto militar tenso pone de manifiesto la incertidumbre que domina la situación en Siria, donde los civiles continúan siendo los más afectados por el caos de la guerra.