Un reciente estudio elaborado por Ipsos para Vinci Autoroutes ha revelado que un alarmante 88% de los españoles se siente amenazado por la agresividad de los conductores de automóviles. Este dato se encuentra en el contexto de una creciente preocupación por la seguridad en las carreteras españolas.
MADRID, 19 Nov. – Según las conclusiones de la cuarta edición del estudio 'Compartir la carretera', un asombroso 90% de los usuarios de las vías públicas en España teme los comportamientos imprudentes de otros conductores. Este análisis se centra en la interacción entre los diferentes modos de transporte en el ámbito europeo y ha sido publicado recientemente.
La investigación detalla que el miedo no solo es exclusivo de los automovilistas. Un notable 85% de los ciclistas también comparte esta inquietud, así como el 89% de los conductores de motocicleta. La preocupación por la conducta de los otros en la carretera parece universal entre los diferentes tipos de usuarios.
Además, el estudio apunta a que un 93% de los peatones está preocupado por la falta de atención de los conductores en los pasos de peatones. Del mismo modo, un 66% de los encuestados reporta haber experimentado situaciones incómodas en la acera debido a la proximidad de bicicletas, patinetes o 'hoverboards'.
El informe pone de relieve que la diversidad de medios de transporte en nuestras carreteras –que incluye automóviles, bicicletas, vehículos de movilidad personal y peatones– crea un entorno de convivencia complicado y a menudo conflictivo. Esta situación ha contribuido a un clima creciente de ansiedad y tensión entre los usuarios de las vías públicas.
En este contexto, el estudio indica que el miedo a la agresividad de los conductores ha aumentado considerablemente. Se destaca que el 78% de los encuestados en España teme la manera brusca en que manejan los motociclistas, mientras que un 88% siente lo mismo respecto a los automovilistas y un 83% en relación a los ciclistas.
A nivel europeo, la percepción de seguridad al montar en bicicleta varía notablemente entre los países. Por ejemplo, un increíble 93% de los neerlandeses se siente seguro en sus bicicletas, en contraste con solo el 59% de los franceses, quienes son los que menos confianza tienen en este aspecto entre los once países evaluados, evidenciando una discrepancia de 34 puntos porcentuales.
El estudio también aborda un tema crucial: el uso de teléfonos móviles mientras se conduce. Se revela que un 67% de los encuestados en España admite que utiliza su móvil mientras está al volante. Además, el 64% de los peatones, el 46% de los motoristas y el 43% de los ciclistas se identifican como usuarios regulares de estos dispositivos en movimiento.
Otra infracción relevante que se destaca es el incumplimiento de las señales de tráfico, especialmente los semáforos en rojo. Tanto conductores como peatones son conscientes de que ignorar estas señales puede resultar en graves consecuencias, pero muchos parecen subestimar los riesgos involucrados en tales acciones.
El estudio revela que un impactante 65% de los conductores confiesa haber pasado un semáforo en ámbar o rojo, mientras que el 54% de los ciclistas también admite haber desobedecido las señales en condiciones donde no resultaría seguro hacerlo. Por su parte, el 71% de los peatones acepta haber cruzado un paso de peatones con el semáforo en rojo y un 81% admite hacerlo ocasionalmente sin importar que un paso peatonal se encuentre a menos de 50 metros de distancia.
En cuanto a la señalización, menos de la mitad de los conductores (48%) utiliza las luces intermitentes al adelantar o cambiar de dirección, lo que demuestra una preocupante falta de consideración hacia los demás usuarios de la vía.
Además, el estudio menciona que la escasez de iluminación adecuada en bicicletas durante la noche representa un riesgo tanto para los ciclistas como para los demás conductores. Curiosamente, el 34% de los ciclistas en España ignora esta necesaria medida de seguridad. Aunque el uso de casco no es obligatorio para los adultos en la mayoría de los países involucrados en la encuesta, en España es obligatorio fuera de las áreas urbanas y recomendable dentro de ellas.
En términos de uso de casco, la media europea muestra que solo el 29% de los ciclistas habituales lo utiliza con regularidad, comparado al 52% de España. A pesar de esto, los ciclistas británicos (54%) y franceses (51%) superan esta cifra, mientras que los neerlandeses, a pesar de ser los que más utilizan la bicicleta, solo tienen un 7% de uso habitual de casco.
Curiosamente, entre los automovilistas que también utilizan la bicicleta, el 50% en España siente que respetan mejor las señales cuando están sobre dos ruedas, y un 77% considera que montar en bicicleta requiere mayor precaución que conducir un automóvil.
Por último, el estudio hace un llamado de atención sobre la gestión de los carriles bici. Aunque estos espacios deben estar reservados exclusivamente para ciclistas y vehículos de movilidad personal, la invasión de automóviles en estas áreas es una problemática recurrente. Se estima que el 49% de los motoristas se beneficia de estos carriles, mientras que el 13% de los automovilistas los ocupan para estacionarse. Además, un preocupante 28% de los automovilistas admite abrir la puerta sin tener precaución de si hay ciclistas circulando cerca.
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