Crónica España.

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Ecologistas dudan de progreso en financiación climática en la COP30, pero anticipan un plan de transición.

Ecologistas dudan de progreso en financiación climática en la COP30, pero anticipan un plan de transición.

En la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebrará en Belém, Brasil, Ecologistas en Acción expresa un pesimismo evidente sobre la posibilidad de alcanzar avances significativos en financiamiento climático y la reducción de emisiones. La organización ha señalado que, a pesar de las expectativas, la COP30, que inicia este jueves, probablemente no logrará satisfacer las necesidades más urgentes en este ámbito.

Uno de los puntos que Ecologistas en Acción menciona como "gran mensaje" de la cumbre es la facultad para aprobar un mecanismo que facilite la transición hacia energías más limpias. Aún así, insisten en que es crucial que se establezcan indicadores claros para evaluar el progreso en la adaptación al cambio climático, proponiendo un conjunto cerrado de 100 indicadores como marco de referencia.

De acuerdo con la ONG, este mecanismo se plantea como una herramienta inicial para impulsar transformaciones en sectores industriales y en la dependencia de combustibles fósiles, aunque la organización reconoce que, en la actualidad, no se está utilizando con esa eficacia. También han criticado la situación del Norte Global, que esquiva el tema del financiamiento, mientras que los países del Sur Global, en especial los miembros de la OPEP, se oponen a cualquier limitación que pueda conllevar un control sobre sus operaciones.

Ecologistas en Acción ha recalcado que algunos países están adoptando posturas más razonables, pero advierten que la falta de financiamiento climático adecuado puede llevar a que los acuerdos alcancen solo un estatus de mera formalidad. En este sentido, la organización ha enfatizado que el compromiso previo de destinar 300.000 millones de dólares anuales para naciones en desarrollo para 2035 resulta insuficiente.

Además, han expresado su preocupación de que este tema crucial no formará parte de las discusiones de la cumbre, ya que se centrará en la búsqueda de una "financiación adicional" a través de fuentes públicas y privadas, cuya claridad es aún un tema de debate. Según Ecologistas en Acción, en las negociaciones sobre financiamiento no existe un plan de acción definido, lo que ha generado una falta de transparencia y responsabilidad en el proceso.

La organización también ha instado a los países del Norte a elaborar planes que detallen cómo proporcionarán estos fondos y ha abogado por la creación de un grupo de expertos independiente que se encargue de analizar y mejorar las proyecciones relacionadas con la financiación climática. Para Ecologistas en Acción, es vital que el debate sobre financiamiento climático no ignore la arquitectura económica que ha facilitado la degradación ambiental.

Asimismo, han señalado un importante déficit de financiamiento en adaptación que asciende a 400.000 millones de dólares y han subrayado la necesidad de triplicar los 100.000 millones anuales que se prometieron en la COP21 de Glasgow, sugiriendo que este dinero debería ser otorgado en forma de subvenciones y no como préstamos.

En relación con la medición del progreso en adaptación, han hecho hincapié en que es fundamental llegar a un acuerdo sobre el conjunto cerrado de indicadores durante la cumbre. También han destacado la posibilidad de que el texto de negociación reconozca las "obligaciones" de los países del Norte en cuanto a "financiar pérdidas y daños" derivados de la crisis climática, alineándose con recientes opiniones de la Corte Internacional de Justicia.

Por otra parte, Ecologistas en Acción participará en la 'contracumbre', un evento paralelo que se realiza habitualmente durante las COP, conocido este año como 'La Cumbre de los Pueblos'. No obstante, han instado a los negociadores a centrarse en los objetivos básicos de las negociaciones y a eliminar actividades paralelas que distraigan la atención de la problemática central.

Respecto a la situación energética de Brasil, el país anfitrión, la ONG ha señalado que las energías renovables solo representan alrededor del 47% de la demanda de energía primaria, con preocupaciones sobre el uso de biocombustibles que pueden generar problemas ecológicos y sociales. Además, han denunciado que la producción de energía hidroeléctrica ha aumentado un 38% desde el año 2000, lo que puede provocar serios desafíos ambientales.

Por último, aunque reconocen los esfuerzos del presidente Lula da Silva en términos de políticas climáticas, cuestionan que el petróleo siga siendo el principal producto de exportación del país, superando incluso a la soja. También han criticado la reciente reactivación de la industria petrolera, que ha llevado al otorgamiento de permisos de exploración en áreas sensibles como la zona marítima frente a la Amazonía.