En un sorpresivo giro de los acontecimientos, Joaquim Rosenberg ha presentado su renuncia como presidente de Volvo Energy y miembro del Consejo de Administración de Volvo Cars, tras dos décadas de servicio en el grupo automovilístico y trece años en puestos directivos clave. La noticia se dio a conocer a través de un comunicado emitido este lunes.
Desde su llegada en 2021, Rosenberg ha liderado la estrategia de electrificación de Volvo a través de Volvo Energy, una división dedicada al desarrollo de tecnología para vehículos eléctricos y fomentar una economía circular más sostenible reutilizando baterías.
La decisión de renunciar también implica su papel como vicepresidente de iniciativas estratégicas, en un momento en el que la compañía ha tenido que replantear su enfoque ante la crisis de ventas de coches eléctricos en Europa y la creciente competencia de China.
El presidente y director ejecutivo de Volvo, Martin Lundstedt, reconoció la contribución clave de Rosenberg al crecimiento y rentabilidad del grupo en los últimos años, destacando su liderazgo en distintas funciones.
A mediados de agosto, Volvo modificó su objetivo de ventas de automóviles totalmente eléctricos para el final de la década, centrándose ahora en que entre el 90% y el 100% de sus ventas globales para 2030 sean vehículos electrificados, ya sea totalmente eléctricos o híbridos enchufables.
La marca sueca planea que para 2025, entre el 50% y el 60% de sus productos sean electrificados, y aspira a contar con una gama completa de vehículos totalmente eléctricos antes de que termine la década para dar el salto a la electrificación total cuando sea oportuno.
Durante el segundo trimestre de 2024, Volvo Cars logró una cuota del 26% en el mercado de vehículos totalmente eléctricos, la más alta entre sus competidores premium, mientras que el 48% de sus ventas fueron de vehículos electrificados en general (BEV y PHEV).
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