Cobo establece dos principios clave para redefinir el Valle de los Caídos: "Basílica y comunidad monástica".
MADRID, 29 de diciembre.
En un reciente pronunciamiento, el arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José Cobo, ha manifestado su apertura al diálogo en torno a la resignificación del emblemático Valle de los Caídos. Sin embargo, ha dejado claro que existen dos aspectos que considera "inviolables": la basílica y la comunidad monástica que allí reside.
Durante una entrevista con Europa Press, Cobo subrayó que el diálogo debería llevarse a cabo entre todas las partes involucradas, incluyendo a la Santa Sede, al Gobierno y a los benedictinos. Enfatizó la importancia de que esta conversación se realice “con sosiego” y “sin ideologizaciones”, principios que considera fundamentales para abordar este delicado tema.
A pesar de reconocer que la influencia del Arzobispado de Madrid en este asunto es “muy limitada”, el arzobispo reafirmó el compromiso de la Iglesia con el diálogo, siempre y cuando se mantengan las mencionadas líneas rojas. Cobo argumentó que la preservación de la basílica es innegociable, destacando que esta decisión no recae únicamente en la autoridad de Madrid, sino que es resultado de acuerdos establecidos desde hace años. “Creemos que es inviolable que allí haya una basílica”, indicó.
Además, insistió en la importancia de la comunidad monástica presente en el Valle de los Caídos, cuya función es rezar por la paz, y que también forma parte integral de la historia y el legado del lugar. Cobo afirmó que el diálogo es posible, ya que la historia no puede ser ignorada ni alterada a capricho. “Nuestra postura es de diálogo”, reiteró el arzobispo, enfatizando que reconocer el pasado es esencial para avanzar en el presente y futuro.
No obstante, Cobo precisó que su capacidad de influencia es limitada a la esfera pastoral y que no se involucra en los acuerdos entre la Iglesia y el Estado, ni en las decisiones del Gobierno respecto a la basílica. Esto sugiere un enfoque cuidadoso y prudente para evitar malentendidos y tensiones en un tema taan sensible.
El arzobispo instó a todos los actores a “sentarse a hablar” de forma calmada y sin confrontaciones ideológicas. Según él, es crucial que en este proceso no se busquen “tensiones” ni se promulguen agendas ideológicas. “Desde luego, la Iglesia no va a ser un eco de ideologías”, subrayó, destacando su intención de enfocarse en su misión espiritual.
Finalmente, José Cobo dejó en claro que la posición de la Iglesia es la defensa de su función pastoral y de la paz, señalando la necesidad de mantener un lugar donde se celebre la Eucaristía y donde una comunidad continúe orando por la paz, el objetivo primordial que el Estado había propuesto en su momento.
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