MADRID, 26 de diciembre. En un lamentable suceso, al menos 14 miembros del Ministerio del Interior de Siria han perdido la vida y otros diez han resultado heridos debido a una "emboscada" en la provincia de Tartus, localizada en el extremo occidental del país, según informaron las autoridades pertinentes.
En una declaración oficial, el ministro del Interior, Mohamed Abdel Rahman, detalló que las víctimas se vieron atrapadas en una emboscada organizada por los remanentes del antiguo régimen en la zona rural de Tartus, mientras llevaban a cabo sus funciones destinadas a garantizar la seguridad y la protección de la población. Este ataque pone de relieve los peligros que enfrentan aquellos que defienden la estabilidad de Siria.
El alto funcionario aseguró que "hoy, el Ministerio del Interior ha dado un claro ejemplo de sacrificio en su misión por mantener la seguridad y la estabilidad de Siria y su gente. Estos sacrificios no cesarán hasta que se logre una paz duradera y la seguridad se establezca plenamente en todo el territorio sirio". Además, enfatizó el compromiso del gobierno de "golpear con mano de hierro a quienes intenten alterar el orden y la tranquilidad del pueblo sirio". Esta declaración fue difundida a través de un comunicado en la cuenta oficial de Facebook del Ministerio.
Por su parte, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización con sede en Londres que cuenta con una red de informantes dentro de Siria, reportó que una patrulla de las fuerzas de seguridad, vinculada al Departamento de Operaciones Militares, estaba llevando a cabo una misión para arrestar a Muhamad Kanjo Hasan, exdirector del departamento de justicia militar del antiguo régimen, acusado de ser uno de los responsables de crímenes atroces en la prisión de Sednaya. Durante esta operación, la patrulla fue asaltada por varios jóvenes armados.
El Observatorio indicó que Hasan es considerado un criminal que emitió sentencias de muerte y otras condenas arbitrarias contra miles de prisioneros en el pasado. También corroboró que, tras este ataque, al menos tres milicianos perdieron la vida, y se reportaron heridos en ambos bandos involucrados en el enfrentamiento.
En respuesta a esta agresión, las autoridades sirias han movilizado refuerzos militares a la zona de Tartus, donde se han desatado enfrentamientos significativos. Asimismo, las fuerzas de seguridad han llevado a cabo detenciones masivas, arrestando a "decenas" de sospechosos que han sido conducidos a un centro de detención especializado.
Por otro lado, en un evento separado, componentes de células del Estado Islámico han perpetrado un ataque que resultó en la muerte de tres militares del antiguo régimen en la gobernación de Homs, situada también en la parte occidental del país. Este hecho evidencia la continua violencia y la inseguridad que afectan a Siria en este contexto de tensiones políticas y militares.
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