En Madrid, el 4 de enero, se han conocido nuevas medidas de seguridad implementadas por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana a solo una semana de la inminente toma de posesión presidencial, programada para el 10 de enero. Mientras tanto, el ambiente político se calienta, ya que la oposición enfatiza la necesidad de que Edmundo González asuma la presidencia, acusando un fraude electoral por parte del régimen. En contraste, las autoridades y el oficialismo continúan respaldando la continuidad de Nicolás Maduro en el poder.
Según el teniente coronel Alexander Granko Arteaga, jefe de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), más de 1.200 efectivos militares estarán involucrados en este operativo de seguridad, tal como fue informado por el portal Últimas Noticias. Esta movilización se presenta como una respuesta a las crecientes tensiones en el escenario político del país.
Granko Arteaga ha enviado un mensaje claro en un video difundido en las redes sociales: “Cuento con ustedes para la defensa de este país y del pueblo. Con la extraordinaria fusión cívico-militar-policial liderada por el comandante jefe Nicolás Maduro Moros, vamos a garantizar la paz y la seguridad del pueblo. Este 10 de enero, el presidente Maduro tomará posesión, y nosotros nos juramentamos con él. ¡Vamos juntos por la victoria!”, afirmó con fervor militar.
El oficial también hizo un llamado a la acción al resaltar que en los últimos meses se han llevado a cabo operaciones dirigidas contra mercenarios que han intentado ingresar a Venezuela con la intención de subvertir el orden y atacar las instituciones del Estado. Esta declaración resuena en un contexto donde la seguridad y la estabilidad son prioridades absolutas para el gobierno.
En un clima de creciente tensión, han surgido publicaciones en redes sociales que informan sobre el aumento de los efectivos de las fuerzas de seguridad en áreas clave, como la plaza O'Leary, un lugar conocido por haber sido escenario de significativas protestas contra los resultados electorales del pasado 29 de julio. Agentes con equipo antidisturbios se han desplegado en la zona, señalando la preparación del régimen para enfrentar posibles disturbios.
Asimismo, se ha observado la presencia de agentes en el centro de la capital, particularmente en las inmediaciones del Palacio de Miraflores y en avenidas estratégicas como México y Urdaneta. Estos movimientos no solo son un indicativo de la situación tensa que se vive en el país, sino también de la determinación del gobierno por mantener el control ante cualquier posible desafío.
Los resultados oficiales del controvertido proceso electoral del 28 de julio han proclamado a Nicolás Maduro como el vencedor; sin embargo, la oposición sostiene que posee más del 80% de las actas recolectadas por testigos y miembros de las mesas electorales que mostrarían una clara victoria para Edmundo González. La polarización de las opiniones y la desconfianza en el sistema electoral marcan un periodo de incertidumbre para el futuro político de Venezuela.
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