El 26 de noviembre de 2023, nos encontramos ante una situación intrigante en el ámbito de la industria automotriz estadounidense, particularmente en lo que respecta a la empresa Tesla. Según recientes comunicados de la oficina del gobernador de California, Gavin Newsom, existe la posibilidad de que el fabricante de vehículos eléctricos sea excluido del próximo paquete de ayudas destinadas a la compra de coches eléctricos, lo que podría acentuarse si el presidente electo, Donald Trump, cumple su promesa de eliminar los créditos fiscales para vehículos de cero emisiones.
Como resultado de esta incertidumbre política, las acciones de Tesla sufrieron una leve caída en el mercado bursátil, cerrando la sesión del lunes con un descenso cercano al 4%, estableciéndose en aproximadamente 338,59 dólares (alrededor de 322,81 euros por acción). Aunque se prevé una modesta recuperación en las transacciones del Nasdaq durante el día martes, la presión permanece sobre la empresa.
La reacción del Estado de California parece estar motivada por la nueva estrategia de la administración republicana, que está considerando eliminar ayudas que alcanzan hasta 7.500 dólares (7.150 euros) para la adquisición de vehículos eléctricos. Esta situación refleja un cambio significativo en el panorama de las ayudas destinadas a la industria automotriz en el estado, que históricamente ha sido un bastión del apoyo a las energías limpias.
Además, el gabinete de Newsom ha dejado claro que, de llevarse a cabo la eliminación de créditos fiscales a nivel federal, se propondrá una reestructuración del Programa de Reembolso de Vehículos Limpios, que concluyó el año pasado tras invertir 1.490 millones de dólares (1.420 millones de euros) en la promoción de más de 594.000 vehículos eléctricos. Esta medida busca mantener la competitividad en el mercado, pero plantea interrogantes sobre la inclusión de Tesla en futuros planes de financiación.
El comunicado de la oficina estatal subraya que cualquier posible reembolso estará orientado a "fomentar la competencia en el mercado, la innovación y apoyar a nuevos participantes", lo que evidentemente dejaría a Tesla fuera de este esquema, dado su estatus como una de las empresas líderes en el sector.
El propio Elon Musk, fundador de Tesla, no ha tardado en manifestar su desacuerdo a través de su plataforma X, señalando que es un contrasentido excluir a la única compañía que produce vehículos eléctricos en California. “¡Esto es una locura!”, expresó Musk, dejando ver su descontento con las estrategias del gobernador Newsom.
En el contexto actual, los vehículos eléctricos ya representan un 22% de las ventas de automóviles en el estado californiano, aunque aún hay muchas incógnitas respecto al costo del nuevo programa propuesto y si este incluirá el crédito fiscal federal de 4.000 dólares (3.813 euros) para automóviles eléctricos usados. De acuerdo a la legislación en vigor, se prevé que para 2035, el 80% de todos los vehículos nuevos vendidos en California sean eléctricos, permitiéndose apenas un 20% para híbridos enchufables.
Es importante recordar que en 2021, Tesla tomó la controvertida decisión de trasladar su sede de California a Texas. Musk ha dejado claro que esta no será la última reubicación, ya que en el transcurso de este año, empresas como SpaceX y su plataforma de medios sociales también seguirán el mismo camino, lo que sugiere una tendencia creciente de deslocalización ante un entorno regulatorio más complicado en su estado natal.
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