La industria automovilística se encuentra en un estado de satisfacción ante la reciente decisión de Europa de aliviar los controles fronterizos. A partir de este 1 de enero, Bulgaria y Rumanía se han convertido en miembros plenos del espacio Schengen, permitiendo así la libre circulación de personas y mercancías entre estos países y el resto de la Unión Europea, lo que representa un impulso significativo para sus economías.
La eliminación de los controles en las fronteras terrestres es un reclamo de larga data por parte de ambas naciones balcánicas, que han estado solicitando esta medida durante casi dos décadas. Este cambio pone fin a los cuellos de botella en el tránsito de camiones, una situación que en ocasiones ha llevado a que la mercancía quedara atrapada en la frontera durante varios días debido a los controles estrictos a los que se sometían los vehículos.
La relajación de los controles también beneficiará a miles de ciudadanos búlgaros y rumanos que, por motivos laborales, se trasladaron al extranjero desde que sus naciones se convirtieron en parte de la UE en 2007. Con la llegada de estas festividades navideñas, podrán regresar más fácilmente a sus hogares sin ser objeto de trámites innecesarios que entorpezcan su viaje.
La Unión Europea había abierto el camino hacia este avance en marzo, permitiendo el transporte aéreo y marítimo de ciudadanos a Bulgaria y Rumanía sin necesidad de presentar un pasaporte. Sin embargo, ambos países han enfatizado durante años la importancia de eliminar también los controles en las fronteras terrestres para facilitar la integración de sus ciudadanos en el bloque comunitario.
Se calcula que la participación en Schengen generará un impacto directo en la economía búlgara, uno de los miembros más desfavorecidos del bloque europeo, con una estimación que alcanza los 866 millones de euros anuales. Este aporte económico es vital para respaldar la estabilidad y crecimiento de las economías locales.
Los principales actores de la industria automovilística, que representa aproximadamente el 15% de la economía rumana y alrededor del 4% de la búlgara, han expresado su alivio ante este desarrollo. Adrian Sandu, líder de la Asociación de Fabricantes de Automóviles de Rumanía, ha declarado que esta noticia llega en un periodo de grandes incertidumbres para la industria. Además, ha destacado que operar fuera de Schengen representa un coste significativo, que se estima en 180.000 euros diarios para su industria, donde el grupo Renault tiene su sede oficial para la marca Dacia.
A pesar de estos avances, las autoridades aduaneras de Bulgaria y Rumanía continuarán realizando controles aleatorios en las fronteras durante los primeros seis meses de 2025. Esto sugiere que, aunque las restricciones se han suavizado, aún existirán medidas de supervisión que podrían impactar en el tránsito en el corto plazo.
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