En una reciente decisión que ha desatado controversia, el Tribunal Supremo de Brasil ha dictaminado la congelación de activos y cuentas bancarias del diputado federal Eduardo Bolsonaro. Este notable político, hijo del exmandatario Jair Bolsonaro y actualmente residenciado en Estados Unidos, es objeto de una investigación por presuntamente incitar a las autoridades estadounidenses a tomar acciones contra el Gobierno brasileño y el propio Tribunal Supremo.

El juez Alexandre de Moraes ha impuesto restricciones que impiden a Eduardo Bolsonaro llevar a cabo cualquier tipo de operación financiera, lo que incluye la recepción de donaciones, ya sea de manera física o a través de plataformas electrónicas como el sistema pix. Esta medida se ha confirmado públicamente por el propio diputado en un podcast, donde se refirió a la decisión judicial.

El ex presidente Jair Bolsonaro defendió su transferencia de 2 millones de reales a su hijo, argumentando que se debió a su nueva residencia en Estados Unidos, donde Eduardo solicitó una excedencia alegando estar bajo un ataque político. Esta situación ha suscitado un debate amplio sobre las motivaciones y las circunstancias que rodean su estancia en el extranjero.

A pesar de haber finalizado su excedencia el pasado domingo, Eduardo Bolsonaro ha optado por no renunciar a su escaño, insistiendo en que puede mantenerlo al menos durante tres meses más, una posibilidad que se ve facilitada por el receso legislativo que ocurre entre el 18 y el 31 de julio, además de las restricciones a las ausencias en el Congreso.

Durante una transmisión en vivo en la que hizo el anuncio de su situación política, el diputado envió un mensaje claro al juez de Moraes, advirtiendo que las sanciones impuestas por Estados Unidos, que resultaron en la revocación de su visado, son solo el comienzo de su confrontación. "Nuestro objetivo será sacarte de la corte", enfatizó, evidenciando así su determinación y el tono belicoso de su campaña contra el sistema judicial brasileño.

La lucha de Eduardo Bolsonaro y su familia contra el sistema judicial está intrínsecamente relacionada con los procesos judiciales que enfrenta su padre, Jair Bolsonaro, por los eventos del 8 de enero de 2023, así como la supuesta implicación de ambos en la financiación de una trama para aplicar sanciones contra Brasil, siguiendo decisiones adoptadas en el pasado por la administración de Donald Trump.