En un suceso lamentable que refleja la escalada de tensiones en la región, al menos dos personas perdieron la vida este miércoles en un ataque aéreo del Ejército de Israel en Maarakeh, una localidad situada en el sur de Líbano. Este bombardeo se enmarca dentro del prolongado y complejo conflicto que, desde hace más de trece meses, enfrenta a las fuerzas israelíes con el grupo chií Hezbolá, que ha demostrado ser un actor significativo en la contienda.
Las víctimas fatales se hallaban dentro de su hogar cuando se produjo el ataque, según reportes de la agencia de noticias libanesa NNA. Este trágico incidente resalta las consecuencias devastadoras que los conflictos militares traen sobre la población civil, a menudo atrapada en el fuego cruzado entre fuerzas combatientes.
Poco después del ataque, se registraron nuevos combates entre combatientes de Hezbolá y las tropas israelíes, quienes intentaban avanzar hacia la ciudad de Al Bayyadah, situada cerca de Naqoura en el sur del Líbano. Los milicianos de Hezbolá no dudaron en responder con cohetes y misiles, logrando incluso impactar un carro de combate 'Merkava' del lado israelí. En la gobernación de Nabatieh, también se reportaron enfrentamientos, mientras las Fuerzas de Defensa de Israel buscaban ganar terreno en las cercanías de Kfar Shouba.
Por otra parte, las autoridades israelíes informaron que tres drones que provenían de Líbano cayeron en la región norte del país, específicamente en Galilea. A pesar de que las fuerzas israelíes intentaron interceptarlos utilizando sus sistemas de defensa antimisiles, lograron descartar la existencia de víctimas por este incidente aéreo. Sin embargo, la caída de estos drones añade una capa más de preocupación sobre la seguridad en la frontera norte de Israel, donde la amenaza del Hezbolá persiste.
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