En un movimiento significativo para la industria automotriz, BMW y Yamaha Motors han dado a conocer una colaboración financiera en conjunto, aunque los detalles acerca de la cantidad exacta de inversión se mantienen en secreto. Esta alianza se destina a la 'startup' estadounidense Phoenix Tailings, especializada en el procesamiento de tierras raras, con la ambición de incrementar la producción de metales estratégicos necesarios para los vehículos eléctricos sin depender de las exportaciones chinas.
En una clara respuesta a las recientes restricciones impuestas por Pekín sobre la exportación de metales raros, los fabricantes occidentales han intensificado sus esfuerzos por encontrar alternativas tecnológicas que faciliten la producción de estos materiales de manera más coste-efectiva y con un menor impacto ambiental. Esta iniciativa se inscribe dentro de una tendencia más amplia que busca mejorar la huella de carbono del sector automotriz en un contexto de creciente preocupación por el medio ambiente.
La inversión en Phoenix Tailings, coordinada por las ramas de capital de riesgo de BMW y Yamaha, junto con el respaldo de los fondos Envisioning Partners, MPower y Escape Velocity, ha culminado en una ronda de financiación serie B que ha recaudado 43 millones de dólares, equivalente a 22,21 millones de euros. Este respaldo financiero representa una inyección significativa para una empresa que busca posicionarse en un sector en plena expansión.
La empresa ha comunicado que planea destinar esta inversión a la construcción de una planta en Exeter, New Hampshire, con un costo de 13 millones de dólares, es decir, 11,59 millones de euros. Se estima que esta instalación tendrá la capacidad de producir hasta 200 toneladas métricas de tierras raras al año, con el objetivo de iniciar operaciones durante el próximo verano, lo que marcaría un paso importante hacia la autosuficiencia en la producción de estos materiales críticos.
El resto de los fondos será utilizado para investigación, ingeniería y desarrollo empresarial, áreas clave para garantizar el éxito a largo plazo de la compañía. Phoenix Tailings, que opera desde Massachusetts y cuenta con un equipo de 33 empleados, ha declarado que tiene contratos de suministro por un valor superior a 100 millones de dólares, aunque no ha revelado la identidad de sus socios comerciales.
Si la planta de Exeter demuestra ser exitosa, Phoenix Tailings tiene planes ambiciosos para expandir su presencia en Estados Unidos, con la intención de construir instalaciones de procesamiento aún más grandes en diferentes ciudades del país. Este desarrollo podría posicionar a la empresa como un jugador clave en un mercado que está viendo un aumento en la demanda de metales raros, esenciales para la transición hacia los vehículos eléctricos.
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