En una declaración reciente, Andrew Bates, un portavoz de la Casa Blanca, ha confirmado que el presidente Joe Biden tiene la intención de asistir a la ceremonia de toma de posesión del nuevo presidente electo Donald Trump, programada para el 20 de enero en Washington D.C. Este anuncio se produce a pesar de la decisión de Trump de no participar en la toma de posesión de Biden hace cuatro años, marcando un contraste notable entre ambos líderes.
Durante una rueda de prensa, Bates declaró que "el presidente ha prometido que asistirá a la toma de posesión de quien gane las elecciones". Afirmó que tanto Biden como la primera dama harán efectiva esta promesa crucial, reafirmando así su compromiso con el proceso democrático estadounidense. La información fue recogida por CBS, destacando la importancia de este gesto en el contexto político actual.
Biden considera que su participación en este evento representa "una importante demostración de compromiso con los valores democráticos y con honrar la voluntad del pueblo". En esta línea, también enfatizó la necesidad de garantizar "una transición ordenada y efectiva", vital para la estabilidad del país tras el período electoral.
Es relevante recordar que el actual presidente ya había manifestado su intención de asistir a la ceremonia, independientemente de quién fuese el ganador de las elecciones celebradas el 5 de noviembre, lo cual contrasta marcadamente con la falta de participación de Trump en la ceremonia de Biden hace cuatro años.
Trump, por su parte, hizo historia al convertirse en el primer presidente en la era moderna de Estados Unidos en no asistir a la toma de posesión de su sucesor, un evento que constituye uno de los pilares de la tradición democrática y política del país. Este hecho resuena como un recordatorio de la polarización que ha caracterizado la política estadounidense en los últimos años.
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