Los recientes acontecimientos en Siria han despertado una nueva serie de debates y preocupaciones sobre la estabilidad en la región. La provincia de Alepo, escenario de intensas luchas y sufrimientos a lo largo de los años, ha visto un aumento en el control rebelde, con cinco barrios actualmente bajo su dominio.

El Gobierno de Salvación Nacional, una entidad que se estableció en 2017 en la provincia de Idlib bajo la influencia del grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS), ha emitido un comunicado este viernes, donde explican que su ofensiva en Alepo tiene como objetivo principal “liberar al pueblo sirio de la esclavitud”. Estos grupos rebeldes intentan enmarcar sus acciones como parte de una lucha más amplia por la libertad del pueblo sirio.

En una clara declaración, el Gobierno de Salvación Nacional subraya que “la revolución siria nunca ha sido contra ningún país ni pueblo, incluyendo a Rusia”, enfatizando que no están involucrados en el conflicto entre Rusia y Ucrania. La frase subraya un intento de distanciar sus acciones del ámbito geopolítico y presentar el enfoque rebelde como una búsqueda legítima de dignidad para el pueblo sirio.

El comunicado también hizo un llamado a Rusia, pidiendo que se disocie de los intereses del régimen de Bashar al Assad, quien es acusado de ser responsable de un “derramamiento de sangre” constante y de fomentar una intensa violencia contra los ciudadanos sirios. Esta crítica directa a un importante actor global como Rusia muestra la complejidad del panorama sirio, donde las alianzas y los intereses estratégicos chocan.

Las autoridades paralelas afirmaron que el pueblo sirio aspira a establecer relaciones positivas con todos los países, incluido Rusia, a quien ven como un "potencial socio" en la edificación de un futuro más esperanzador para Siria. Este optimismo, sin embargo, contrasta fuertemente con las fuertes críticas dirigidas al régimen de Assad y podría ser visto como un intento de fomentar la diplomacia en medio del caos.

Por su parte, los representantes del Kremlin han respondido firmemente, con el portavoz Dimitri Peskov describiendo la operación rebelde como un “atentado contra la soberanía” de Siria. Desde Moscú, se ha abogado por un retorno rápido al orden constitucional, señalando la posición de Rusia en apoyo del régimen de Assad y su rechazo a las acciones rebeldes.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos ha proporcionado actualizaciones sobre la situación sobre el terreno, indicando que HTS y sus aliados ahora controlan cinco barrios clave de Alepo, que incluyen zonas como Nuevo Alepo y Al Hamdaniya. Este cambio en el control territorial refleja la naturaleza volátil de la guerra en Siria y el impacto directo en la vida de decenas de miles de ciudadanos.

Además, el Observatorio reportó que los rebeldes sirios han tomado el control de la localidad de Saraqib, en Idlib, donde la violencia ha cobrado más de 270 vidas, incluyendo a 93 miembros del régimen y sus aliados. Estas cifras devastadoras resaltan la urgencia de la situación humanitaria y los desafíos que enfrenta la población siria, atrapada en el permanente cruce de fuego.

Finalmente, se ha informado de un ataque mortal a la universidad de Alepo, en el barrio de Al Hamdaniya, que se encuentra bajo control gubernamental, dejando al menos cuatro víctimas fatales. El Gobierno de Salvación Nacional ha desmentido estas acusaciones, calificando las noticias de “propaganda engañosa del régimen”. Este episodio pone de relieve las diferentes narrativas que emergen en cada bando, complicando aún más la comprensión de lo que realmente está ocurriendo en la región.