MADRID, 5 de noviembre.

La reciente agresión a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha desatado una ola de indignación tras el arresto de un individuo que tocó a la mandataria sin su consentimiento en el centro histórico de la Ciudad de México. La Fiscalía ha señalado su intención de presentar cargos por acoso y abuso sexual contra este hombre.

El hecho, denunciado públicamente, ha sido calificado como inaceptable por diversas figuras políticas y organizaciones. Hasta el momento, la Oficina de la Presidencia no ha confirmado si se llevarán a cabo acciones legales contra el agresor. Es crucial que se envíe un mensaje contundente: el respeto hacia las mujeres es una prioridad absoluta.

Uriel N., el sospechoso, fue aprehendido aproximadamente cuatro horas después del incidente, el cual ocurrió mientras la presidenta interactuaba con la ciudadanía. Esta situación fue reportada por el diario 'El Universal', que destacó el aumento de la preocupación por la seguridad personal de figuras públicas.

Las imágenes del momento en que el agresor se acerca a Sheinbaum han sido objeto de escrutinio, revelando fallos en los protocolos de seguridad, ya que el hombre logró intentar besarla e incluso tocarla antes de que ella se alejara y uno de los guardaespaldas interviniera.

Clara Brugada, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, ha expresado su solidaridad con la presidenta, afirmando que este ataque no solo es contra Sheinbaum, sino contra todas las mujeres. En su declaración subrayó que el agresor enfrentará las consecuencias de sus actos y reafirmó el compromiso de "cero tolerancia a la violencia hacia las mujeres".

El Ministerio de las Mujeres de México también ha condenado el incidente y ha instado a las víctimas de agresiones similares a presentar denuncias, resaltando la importancia de que "las mujeres, adolescentes y niñas no se toquen".

Las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) son alarmantes: más del 70% de las mujeres en México mayores de 15 años han enfrentado algún tipo de abuso, con la capital del país registrando una de las tasas más altas de violencia sexual, superada solo por el Estado de México.