MADRID, diez Oct. (CHANCE) -
Día marcado en colorado en el calendario para Ana Rosa Quintana que, tras prácticamente un año centrada en su pelea contra el cáncer y distanciada del foco mediático, ha regresado este lunes diez de octubre a su programa. Y lo ha realizado por todo lo prominente, entrevistando a 2 de los individuos mucho más buscados actualmente - Alberto Núñez Feijoo y José Ortega Cano - en una mañana en especial intensa donde se la vió gozar como jamás.
"Me siento tal y como si jamás me hubiera ido" ha reconocido a lo largo del club popular en el momento en que, conmovida, ha amado agradecer el "aplastante" cariño que ha recibido estos 11 meses en los que, ha aceptado, "se subió por las paredes" al notar por televisión en su sofá - en vez de contar ella como transporta realizando los últimos 30 años - hechos históricos tan importantes como el fallecimiento de la Reina Isabel II, la invasión de Rusia a Ucrania o la devastación ocasionada en la isla de La Palma tras la erupción del volcán de Cumbre Vieja.
"Estoy aquí pues tengo régimen, pero esto prosigue. No podré decir que estoy curada hasta en 5 años, 7 años... Esto no es de un día para otro, esto prosigue, y si puedo ayudara alguna persona que haya pasado por lo mismo o que lo vaya a pasar, ya que yo encantada" explicó conmovida, siendo consciente de que su ejemplo ha servido a bastante gente que, exactamente la misma ella, pelean contra el cáncer.
"Regresar fué como una primera oportunidad. Anoche no podía reposar. Eran nervios mezclados con emoción. Esto es como regresar a la vida. Bendita rutina. He sentido nervios, melancolia, temor... ", ha confesado, asegurando que "físicamente me acercamiento fenomenal pero no se debe echar las campanas al vuelo".
"He acabado un régimen y me acercamiento estupendamente, pero no estoy dada de alta. Podré decir que estoy dada de alta en 5 años o 6 años. Una vez terminas con la quimio, la radio, las intervenciones quirúrgicas, te queda un régimen de pastillas y revisiones, analíticas casi todos los meses, revisiones cada período de tres meses..." ha añadido poniendo de relieve el largo desarrollo que todavía le queda por enfrente.
En estos 11 meses, bastante tiempo en el hogar - solo cercada por su familia y sus amigos mucho más próximos - y un parón preciso, en tanto que como ha contado "la patología es dura aun llevándolo bien y como que te quita de la vida. No solo fué la patología, estábamos en pandemia. Hay que tener bastante precaución con las defensas y tu vida se restringe a tener que estar realmente bien para no perderme ninguna sesión. He hecho bastante deporte, he precaución la nutrición… deseaba cuidarme para no perderme ninguna sesión y terminar lo antes posible".
Además de esto, Ana Rosa ha aceptado que se considera una favorecida, por el hecho de que su marido pudo acompañarla a todas y cada una de las sesiones de quimio y radio "en el momento en que hay mujeres que van solas, en metro, y vuelven a su casa y tienen hijos pequeños y hay que atenderos". "Esto rompe parejas asimismo y yo no he estado ni un día sola. No he sentido esa soledad" ha confesado.
"Los humanos somos muy idioas. Todos ceeemos que aprendido mucho sobre vivencias que cambian la vida. Sé que mi vida debe mudar" ha señalado, reconociendo que "no puedo tener el ritmo que tenía antes". "Si los médicos me dejaron incorporarme es con el deber de que me cuidaré".
"El deber de que no haré mucho más cosas que el software, voy a reposar todo cuanto logre, no tendré agobio, no tendré desazones.. Yo fuí muy efectiva a lo largo de la patología pienso que lo proseguiré siendo" ha asegurado.
De ahí que, ahora mismo de su historia, Ana Rosa se propuso "estudiar a apreciar mucho más las coas, el momento de libertad, a agradecer mas... "He sentido tanto acompañamiento, tanto cariño que era como una compromiso decir: 'Dios santo que suerte tengo'. Me he sentido tan querida que no tengo vida para agradecerlo" ha confesado.
