• sbado 01 de abril del 2023
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Álvaro Sánchez León publica 'Retirado': "Entre Francisco y Benedicto XVI estuvo Gänswein, un puente de piedra maciza"

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MADRID, 27 Ene.

El periodista Álvaro Sánchez León afirma en el libro 'Retirado. Rebobinando a Ratzinger' (Ediciones Palabra), que Georg Gänswein, el que fue secretario personal del papa emérito a lo largo de prácticamente 20 años, fué "un puente de piedra maciza" entre los dos Papas.

"Entre Francisco y Benedicto XVI estuvo monseñor Georg Gänswein, un puente de piedra maciza", asegura Sánchez León en el libro, que llegó a las librerías españolas el pasado 13 de enero, pocos días una vez que saliesen a la luz las memorias de Gänswein, que han generado polémica por ciertas revelaciones que hace, como el "shock" que le ocasionó que Francisco lo apartara de su cargo como prefecto de la Casa Pontificia para ocuparse a cuidar a Benedicto XVI.

Sánchez León cree que el secretario personal del papa emérito "tiene una herida que es verdadera, se sintió en algún instante deteriorado por sus superiores en el Vaticano y lo cuenta", pero piensa que eso piensa "un 2%" del libro y que el resto debe ver con "la unidad".

En una entrevista con Europa Press, el periodista afirma que Georg Gänswein es "la mejor figura para argumentar el puente entre los 2 papas", el Papa Francisco y el emérito. "Gänswein se merece una escultura en la Plaza San Pedro pues hizo de puente de conexión en un instante interesante en la narración de la Iglesia", opina.

En cualquier situación, se expone convencido de que en la cabeza de Benedicto XVI no hubo "ningún pensamiento que rompa la unidad con el Papa y la Iglesia". Así lo revela, a su juicio, su retirada al monasterio Mater Ecclesiae con la misión de "rezar por el Papa y por la unidad de la Iglesia", pasando a un "background al que ingresa por intención propia". "Su renuncia fué para bastantes un detonante para opinar en la auténtica fe", destaca.

En su libro 'Retirado. Rebobinando a Ratzinger', Sánchez León junta el testimonio y las afirmaciones de 40 voces, desde cardenales, vaticanistas, hasta nuestro Georg Gänswein, pasando por personas que trataron con él en su historia diaria antes de ser Papa, como su zapatero, su sastre o su panadero.

En expresiones del creador, hablamos de un "informe amplísimo que estudia el perfil humano de Joseph Ratzinger desde el instante en que muere hasta el momento en que nace", esto es, "del revés", enseñando "por qué razón era como era, por qué razón pensaba como pensaba y por qué razón se convirtió en una de la gente mucho más predominantes de la Iglesia moderna y del siglo".

Entre otras voces, hacen cómputo el directivo de comunicación del Vaticano a lo largo del pontificado de Benedicto XVI, Federico Lombardi; cardenales como Julián Herranz, Carlos Osoro y Angelo Scola; obispos como Mario Iceta y Juan Antonio Martínez Sendero; el prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz; figuras importantes de la política, como Paco Vázquez, exembajador de España frente a la Santa Sede, o el expresidente del Senado de la República Italiana, Marcelo Pera.

Al final, según resalta el creador, resulta "un retrato impresionista" de un individuo que no posee "nada que ver" con la cara que se presentó en los medios. De hecho, incluye en el libro un capítulo del "orina culpa en todo el mundo de cronistas verdaderos" que "con el paso del tiempo y más que nada, desde el instante de la renuncia se dieron cuenta de que no hicieron bien su trabajo".

Según Sánchez León, a este retrato contribuyó visto que Benedicto XVI sucediese al Papa Juan Pablo II que era "una 'rock star' de la comunicación". Por el opuesto, Ratzinger era un individuo "tímida", de "relaciones cortas", que daba "poco juego en el sentido fotogénico", un "académico que se expresaba mejor mediante la palabra". "A Ratzinger hay que ojearlo para entenderlo", matiza.

A diferencia de este rostro que se pintaba en los medios, el creador del libro afirma que Benedicto XVI era "simple y transparente, luminosamente capaz, el Papa de la realidad en el arranque de la postverdad", "cariñoso, con varios amigos, de una apertura intelectual muy fuerte, que alén de la etiqueta de Papa conservador, abre diálogos con personas que están en las antípodas en su forma de comprender el planeta"; al fin y al cabo, una figura "considerablemente más interesante de lo que se vió en los medios".

Entre las 40 entrevistas que recopila en el libro, Sánchez León resalta el testimonio de la gente anónimas, como el zapatero o el sastre, de las que se desprende "el cariño que tienen por el papa emérito, tal y como si fuera de su familia, que rompe el tópico de Papa de hielo". Del resto, pone de relieve que todos coinciden en "asegurar sin matiz" que es "el teólogo del siglo XX, futuro Doctor de la Iglesia".