MADRID, 9 Feb. (CHANCE) -
Al fin llegó el día que Mario Vargas Llosa llevaba tantas semanas mejorando con ilusión, y en cuyos preparativos se ha volcado tras su separación con Isabel Preysler. Este jueves, a las 16:00 horas, el premio Nobel va a pasar a ser parte de la reconocida Academia Francesa de la Lengua. Un reconocimiento al alcance de unos pocos seleccionados y que piensa un jalón para la carrera literaria del peruano, primer creador hispano, y que no ha anunciado ninguna obra en francés, en lograrlo.
Un acto en el que va a contar con el acompañamiento de enormes amigos como el Rey Juan Carlos - que ha viajado a París acompañado por su hija, la Infanta Cristina - y de su familia, incluida su exmujer, Patricia Llosa, con la que los comentarios de reconciliación toman poco a poco más fuerza.
Tras poner con rumbo a la localidad del amor juntos y acompañados por su hija Morgana y por sus nietas, el ¿matrimonio? solamente se ha separado, y merced a las imágenes compartidas en comunidades por su hijo Álvaro han presumido de una proximidad y una cooperación que semejan charlar por sí mismas.
Extraños a las afirmaciones de Isabel Preysler en la gaceta ¡Hola! arremetiendo contra Mario por haberse 'reído' de su hija Tamara Falcó en su relato 'Los vientos' - "ha traspasado todos y cada uno de los límites, ha caído bajísimo al meter en esto a una pequeña que no le dió mucho más que cariño" ha explotado la socialité - el Nobel y Patricia Llosa asistían este miércoles al cocktail antes de su entrada en la Academia Francesa y, contentos, alardeaban de una aproximación que deja entrever que han retomado su matrimonio tal y como si nada hubiera pasado en los últimos 8 años.
Algo que confirmó este jueves Patricia llegando al Institut de France - donde Mario va a ser ungido como académico de la reconocida entidad - una hora antes del comienzo del acto. Acompañada por sus tres hijos, sus yernos y sus nietos, la peruana hizo su entrada en vehículo, tratando pasar inadvertida sin lograrlo. Ha sido en el patio de la Academia donde la vimos al fin, bien elegante con un gabán de piel gris y falda negra, claramente inquieta por el histórico instante que está a puntito de vivir a la vera de Vargas Llosa.
El único integrante de la familia que hizo afirmaciones a la prensa antes de vivir entre los instantes mucho más particulares en la carrera de su padre fué su hijo Álvaro, que ha aludido con una sonrisa al hermoso y soleado día que hace en París, indudablemente un óptimo presagio de que la día va a ser inolvidable.
