En Bilbao, la Unidad de Análisis de Riesgos de la Aduana ha descubierto un importante contrabando de bienes culturales en el aeropuerto, revelando una vez más los desafíos que enfrenta la protección del patrimonio histórico. Esta unidad, integrada por funcionarios de la Agencia Tributaria y de la Guardia Civil, ha intervenido en dos operaciones que han resultado en la confiscación de valiosos objetos arqueológicos y paleontológicos provenientes de México y Ecuador.
Las investigaciones han sido llevadas a cabo con la colaboración de las embajadas de ambos países en España, y se han iniciado los procesos diplomáticos necesarios para devolver estos bienes a sus naciones de origen. El Ministerio de Hacienda ha confirmado que se están realizando las gestiones pertinentes para garantizar que estos artefactos regresen a su legítimo lugar.
El primer hallazgo tuvo lugar a principios de agosto, durante un control rutinario en la zona de llegadas del aeropuerto. Un pasajero llegado de México a través de Madrid fue puesto bajo la lupa cuando las autoridades encontraron en su equipaje cinco piezas fosilizadas de organismos marinos. La antigüedad y el potencial valor científico de estas piezas generaron gran interés y sospechas entre los inspectores.
El pasajero alegó haber adquirido los fósiles en un municipio mexicano, pero no presentó la documentación necesaria para validar su compra ni la autorización para sacarlos del país. Ante esta situación, la Aduana realizó un depósito formal de estos objetos y se consultó al Instituto Geológico y Minero de España para su evaluación. Este informe determinó que los fósiles eran de formaciones del noroeste de México, lo que llevó al Instituto Nacional de Antropología e Historia de dicho país a reclamar la restitución de las piezas.
Una segunda intervención ocurrió el 10 de agosto, cuando se revisó el equipaje de otro pasajero que llegaba desde Madrid. A través de una inspección con rayos X, se identificó un hacha prehispánica que pesaba cerca de un kilo. Después de una revisión más detallada, el Museo de América confirmó que este objeto, valorado en 3.000 euros, pertenecía al patrimonio arqueológico de Ecuador, específicamente de la época del Periodo de Integración.
Dado que el pasajero no contaba con la documentación necesaria para justificar la exportación de la pieza, se procedió a levantar un acta de denuncia por una infracción administrativa de contrabando, dejando el objeto a disposición de la Autoridad Aduanera. Tras confirmar la autenticidad de ambos hallazgos, la Aduana bilbaína reitera su compromiso en la lucha contra el tráfico ilegal de bienes culturales, asegurando que la restitución de estos tesoros a México y Ecuador sigue su curso.
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